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Madrid 1910-1935: fotografías de una ciudad en plena metamorfosis

La muestra recoge la memoria visual de la transformación de la capital en el primer tercio del siglo pasado.

La muestra recoge la memoria visual de la transformación de la capital en el primer tercio del siglo pasado.
Madrid 1910-1935

El Centro Cultural Conde Duque alberga, desde el 14 de febrero hasta el 20 de abril de este año, la exposición Madrid 1910-1935, en la que el asistente, a través de una serie de fotografías procedentes del archivo gráfico custodiado en la Hemeroteca Municipal de Madrid y el Museo de Historia de Madrid, podrá encontrar "una visión sobre los cambios operados en la ciudad" en las primeras décadas del siglo pasado.

Francisco Umbral dijo que Madrid lo hicieron "entre Carlos III, Sabatini y un albañil de Jaén, que era el que se lo curraba". En Madrid 1910-1935 nos topamos con la evolución de una ciudad en plena metamorfosis, que aspira a convertirse en una capital moderna, europea, funcional, dinámica, bella, dejando atrás aquella definición de Mesonero Romanos, quien dijo que La Villa era "un repugnante espectáculo". Higienistas, ingenieros, arquitectos y urbanistas, debates y políticos mediantes, se erigen como protagonistas de la transformación de una nueva urbe, cada vez más grande y periférica, que necesita de nuevas vías de circulación y comunicación, mercados, mataderos y/o espacios de ocio.

Así, en Madrid 1910-1935 encontramos fotografías de los mercados de los Mostenses y de la Cebada, de tranvías atravesando las calles del centro, de la Puerta del Sol infestada de una circulación caótica en la que se mezclan coches y peatones. Quienes acudan también podrán descubrir al Madrid extinto, espacios que, como el dodó, desaparecieron: la Iglesia de San Andrés, los bulevares de Sagasta y Alberto Aguilera, el cementerio de Vallehermoso, el viaducto de la calle Bailén, o la Plaza de Toros de la avenida de Felipe II. La exposición también refleja los avances sanitarios de la ciudad, como en la Casa de Socorro o en el Laboratorio del Matadero, amén del lado más hambriento e infantil de la urbe, en la que destaca una imagen del Colegio Asilo, plagado de niños.

También comprobamos que Madrid es la ciudad de los paseos por la orilla del Manzanares, por el Retiro -encontramos una imagen de un recital poético que hizo en el parque Berta Singerman en 1928-, y, tras la expropiación de la República, de los primeros paseos abiertos por la Casa de Campo, a la que, previamente, solo se podía acceder con acreditación, y que fue utilizada como lugar de diversión, pero también como zona de explotación agrícola. Tampoco faltan las imágenes de las procesiones -Corpus Christi, Semana Santa-, de las fiestas de San Isidro, destacando una imagen de 1929, en la que aparece un grupo de mujeres sacando agua de la llamada fuente milagrosa, o incluso de numerosos desfiles, ya fueran de policías, bomberos, de la Banda Municipal o, incluso, de matarifes.

En definitiva, quienes aman la fotografía antigua o quienes sienten curiosidad por la morfología madrileña de principios del siglo pasado tienen una buena excusa para acercarse al Centro Cultural Conde Duque y visitar esta exposición. Hasta la entrada es gratis.

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