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Pablo Iglesias contra los de la ceja: "Intentan tocarte las tetas. Mucha cocaína y mucha mierda"

Arremete contra los progres de la Movida, pide un cine que "ajuste cuentas" con la Guerra Civil y encuentra su punto en común con los fascistas.

Arremete contra los progres de la Movida, pide un cine que "ajuste cuentas" con la Guerra Civil y encuentra su punto en común con los fascistas.
Pablo Iglesias con la imagen de la película \'Novecento\'

Hola, me llamo Emmet tengo los brazos tiesos, las manos en forma de C, no tengo rodillas y me quieren pegar. No zurrar. Me refiero a que me quieren dar pegamento, "pegamento social". Como obrero Lego tengo poca movilidad, sigo mi roll. Por si no fuera suficiente, unos hombres "con complejo de Peter Pan" (se regocijan en ello) quieren paralizarme, quieren que pose y que ocupe mi lugar clasificado, aquel que me correspondería en el mundo ideal que "ensueñan".

¿No han visto la Lego Movie? Muy recomendable. En el libro de Pablo Iglesias, Maquiavelo frente a la gran pantalla la Lego Movie no está incluida. Quizá porque la libertad se nos va de los legos, perdón, de las manos.

Emmet (el obrero Lego) para Juan Carlos Monedero sería una persona normal, de centro, de las que nunca morirían en un paredón de fusilamiento "gritando yo soy de centro", comentario acogido cálidamente por el público presente hace un año y medio en la librería La Marabunta, exterminada por Podemos: tuvo que cerrar hace unos días abandonada por sus fundadores, los miembros de Podemos Miguel Urbán y Luis Alegre.

Pablo Iglesias durante la presentación

Maquiavelo frente a la gran pantalla es el libro que hay que leer para intimar con ellos, pasada la época del Roscón de Reyes. En él Pablo Iglesias abre "su caja de herramientas para intervenir en el mundo en el que vivimos". ¿Preparado para que te aprieten las tuercas? Iglesias en el confesionario: "Una cosa maravillosa de escribir un libro es que te puedes vengar a placer. Es como si pusieran a tus adversarios, les ataran a un poste y te dieran unos guantes de boxeo para poder darle".

La tesis del libro la estrenó Wes Craven en el año 1996 en la película Scream: Vigila quien llama. No es otra que: la vida imita al cine. Jesús Palacios en su libro Goremanía desarrolla inteligentemente la teoría. Iglesias lo vende en clave política: "La memoria histórica del pueblo tiene que ver más con lo que se hace en el cine que con lo escrito. La gente normal no lee buenos libros de historia. Pero ve películas". Pablo Iglesias alza la voz: "Claro que el cine sirve para pensar. Basta ver los coñazos que a veces hace mi querido amigo Lars Von Trier para darse cuenta hasta qué punto un intelectual puede convertirse en director de cine. De hecho no es casualidad que el gafapastismo haga fortuna en disciplinas artísticas como el cine".

Iglesias huele el napalm

Apocalipsis Now sí que sale en el libro de Pablo Iglesias pero para retratar la superioridad moral de los colonos. El napalm de Iglesias, ese olor a victoria, o el Wagner de Woddy Allen, las ganas de invadir Polonia, es la película Novecento de Bernardo Bertolucci. "Cuando estoy así bajo de moral, veo Novecento y con la banda sonora de Ennio Morricone…(uff) ¡Venga, vamos a por ellos!".

Juan Carlos Monedero durante la presentación

Monedero le centra el balón a su colega en el turno de preguntas. Pablo es un hombre de tempestad, un "aguafiestas" que bebe los vientos por el filósofo Giorgio Agamben. Pablo se hace presente. "Yo no creo que en circunstancias normales, ordinarias, la izquierda se vaya a comer una mierda electoralmente. La gente normal vota al Partido Popular o al Partido Socialista". Continúa el joven Iglesias: "Los comunistas, y alargando esto a la izquierda, sólo pueden tener éxito político en los momentos de tempestad. La desgracia en la que vivimos los comunistas es la de prepararnos continuamente para esos momentos de excepción". Esto me recuerda a otros... "Los comunistas y los fascistas tenemos en común, entramos en el peligroso terreno de que los extremos se tocan pero es verdad, la excepcionalidad. Los comunistas, entendiéndolo en un sentido muy amplio, como la definición que hacía Marx, son los capaces de asaltar los cielos, que básicamente significa asaltar los centros de poder y pasar a cuchillo a sus detentores".

El libro tampoco incluye Batman Begins, en la que el personaje que interpreta Liam Neeson quiere destruir la ciudad de Gotham con la toxina del miedo. Para Ra's Al Ghul (Nesson, el malo) es la única forma de regenerar, arrancar de raíz la corrupción social, de empezar de cero. Menos mal que un rico con capa negra se preocupará de la libertad de los ciudadanos, de defender las leyes y el estado de derecho, librándoles de un visionario totalitario instruido en oriente. "La decisión moral de destruir la comunidad tiene que ser una decisión necesariamente violenta, como toda decisión política", es otra sentencia de Iglesias en aquella tarde de máximas.

Podemos se autodefine: "No depende del convencimiento individual. La política es acumular poder. Yo tengo muchísimos amigos en IU y he trabajado de asesor para ellos, pero es una organización que se fundamenta en una estructura de cargos públicos. Si tú a IU le quitas los cargos públicos que tiene, queda poco. No tiene una estructura de militantes que digas 'hacemos así (chasquea los dedos) y hay cuarenta mil personas en la calle'. Los sindicatos de este país tienen un poquito más. Hay que intervenir ahí, repartiendo dineros". Es el momento de aplicar "un pegamento social que se llama conciencia de pueblo".

Y acaba citando a "una tipeja", Caridad Mercader, que decía "yo no valgo para construir el socialismo, yo valgo para destruir el capitalismo y después esto ya lo construís vosotros que sois una gente estupenda. Tiene toda la razón Juan Carlos (Monedero), en una sociedad socialista yo me dedicaría a escribir libros de cine. Qué tostón decidir cuántas farolas pondríamos aquí. No, no. No hay erótica en eso". Se confirma, Pablo Iglesias no es un abrazafarolas.

'1984' o 'La Naranja Mecánica' de Pablo Iglesias

"Hacen falta intelectuales que tengan acceso y sepan hacer bien el trabajo de producción ideológica a través de libros y de películas. Un director de cine es un intelectual y si sabe para qué tiene que escribir, funcionará bien". George Orwell se remueve allá donde esté.

Entre otras muchas referencias en la finada La Marabunta ese octubre de 2013 se nombró la aportación de los rusos a la técnica del montaje cinematográfico, creador por Lev Vladímirovich Kuleshov que dirigió Las extraordinarias aventuras de Mr. West en el país de los bolcheviques o El gran consolador.

Como ejemplo de buen hacer, el País Vasco, "ahora que veo a Sabino Cuadra" (el profesor saluda al diputado de Amaiur y representante de la antigua Batasuna allí presente). "Una administración como la vasca si quiere construir identidad tiene que financiar el cine vasco en euskera y que cuente la historia del País Vasco, porque eso es lo que a la gente le va a servir para tener conciencia de su identidad". Propaganda de régimen de toda la vida.

Y si Jesulín decía que la vida es como un toro, Pablo Iglesias, citando al filósofo marxista Antonio Gramsci, cree que "el poder es como un centauro". Tiene una parte humana, que "tiene que ver con la cultura... que sirve para convencer a la gente y para que asuma ciertas formas de organizar el poder por su propio consentimiento". Y qué mejor ocasión para saludar, Ave Postureo, a Bertolt Brecht, que "hablaba de un teatro político que le sirviera el espectador para comprender políticamente la realidad".

Los intelectuales de izquierdas...

"Hay dos tipos de intelectuales. Uno con camisa a cuadros que te lleva a su casa, te pone un disco de Silvio Rodríguez e intenta tocarte las tetas". Y luego están los intelectuales con poder, "que son los intelectuales interesantes". ¿Y quiénes están en este grupo? Pues "si yo digo que Marhuenda es un intelectual diréis: no, no. Pues sí. ¿Los tertulianos de la televisión son intelectuales?" ¿Por qué? "Porque son unos tipos que crean imaginario". "Los intelectuales con poder rara vez están en las universidades".

Pablo Iglesias ha renunciado a escuchar música de tristes y viejóvenes, con perdón, para asistir a los grandes medios. "La Tuerka no es equivalente a Televisión Española, a La Sexta o a Telecinco. Si lo fuera yo a lo mejor me plantearía no ir a los grandes medios".

'Pepi, Luci, Bom'... y otros chicos del montón

Pablo viene a rapar cejas. "Si actúas como los intelectuales de izquierdas en los años 80 con mucha cocaína, con mucha movida madrileña, mucha libertad sexual, mucha mierda, al final tienes lo que es este país. Los intelectuales de izquierdas son una cosa para avergonzarse si los comparamos con los de otros países".

No sabemos qué opina Pablo Iglesias de Pedro Almodóvar y de su primer cine… ¿Marioneta del franquismo y de la Transición? A ver quién es el guapo que se lo dice al director manchego.

Imagen de la película 'Pepi, Luci, Bom'

Continúa Iglesias: "En España se bebe mucho, la gente se emborracha... Y tiene que ver con la cultura franquista, en la que el único espacio en el que podías decir algo era en los pueblos emborrachándote. Esa cultura de salir hasta tarde y beber hasta que no puedas, es una forma de exorcizar una sociedad completamente cerrada". Y concluye: "En España se habla de fútbol, se habla de mujeres, de toros, se habla de fiesta y eso tiene que ver con el resultado de la Guerra Civil; charanga y pandereta vinculada a esa construcción de España hegemonizada por la derecha". Conclusión: la juerga es bipartidista.

Manolo Escobar

Iglesias se pone tópico. Se sube al carro. "Esa especie de elogiar lo español como una forma de folklore vinculado con Manolo Escobar, al pícaro, al 'aquí se vive de puta madre'. Y por supuesto hablar de política es de mala educación. Lo que hay que hacer es ir a lo tuyo, a la factura con IVA o sin IVA, ése es el carácter de lo español".

Curro Jiménez

Venga más topicazos. "Curro Jiménez es una serie para decir ¡qué cojones teníamos los españoles! Una coalición de curas y de gente de pueblo enfrentándonos a estos franceses que traían el código civil, la libertades civiles, el liberalismo, el constitucionalismo y estas cosas. Pero nosotros no. ¡Vivan las caenas (las cadenas) y Curro Jiménez con sus patillas!". Fue el momento irónico de la presentación.

La fijación de la izquierda de este país también tiene un plano en la película de Pablo Iglesias: "Los jesuitas estupendos que querían más a los indios que nadie y que les enseñaron a follar con la postura del misionero, que se llama así por eso".

Pablo McFly y el guerracivilismo

Según el líder de Podemos después de ver tantas películas de la Guerra Civil española tenemos una visión muy equivocada e injusta de aquel momento histórico. Por supuesto todos pensamos, gracias a nuestro cine, que la Guerra Civil "fue un enfrentamiento entre hermanos, una suerte de acontecimiento meteorológico desgraciado que cae como un huracán por encima de las familias españolas. Y menos mal que llegó la Transición: libertad, libertad, sin ira libertad". Iglesias está convencido: "Es la versión hegemónica en las películas que se han hecho sobre la Guerra Civil española a partir de los años 80 y eso condiciona una conciencia de pueblo".

Imagen de 'La vaquilla'

Algunos ejemplos reafirmantes: La Vaquilla "es muy divertida y muy tierna, pero es un canto a la reconciliación nacional y establece claras equidistancias entre los dos bandos. Esa vaquilla que al final muere en medio de las dos trincheras es una metáfora de España con los buitres volando alrededor". Hay una escena muy fuerte, esa "en la que dos soldados quieren cambiarse de bando porque tienen cada uno su familia al otro lado. De Berlanga sí le gustó La Escopeta Nacional.

Gran decepción con el gremio. "Cabía esperar que con la recuperación de las libertades en España, teniendo en cuenta que el mundo del cine, los actores y directores son tan progres y tan de salir por las noches y todas esas cosas que se identifican con la izquierda, pues que hubiera un cine que de alguna manera ajustara cuentas, ¿no? Joder, no era tan difícil de contar en una película". De esta quema salva a La Voz Dormida y El Laberinto del Fauno.

Una chica le pregunta: "Si fueses director de cine ¿de qué te gustaría hablar? ¿Lo utilizarías como propaganda política?". "Absolutamente", sonríe orgulloso. "Haría una película o una serie sobre la Guerra Civil española con muchísima pasta. Que no tuviera nada que desmerecer al cine bélico. La Batalla del Ebro iba a ser hecha con un despliegue... Es la película que falta. Me encantaría. Lo que en mis entonaciones me gustaría hacer es un guión que fuera de octubre a diciembre del año 36 en Madrid. Ese momento en que el poder estaba por las calles, en manos de las organizaciones de la clase trabajadora. Que están en el momento más oscuro, es el momento Paracuellos, es el momento de las ejecuciones sin juicio, pero es el momento del desbordamiento del poder popular, del poder revolucionario. Elogiar ese Madrid, el que resiste. Ese Madrid que recibe a las Brigadas Internacionales, con sus clarososcuros, con todas las contradicciones propias de un empoderamiento popular... Para que alguien pueda decir ¡hostia, qué orgullo de mis abuelos! Esa es la peli. ¿No hay un productor por aquí?".

Última pregunta, ¿Por qué no sale la gente a la calle? "Porque no leen mi libro, ni los de Juan Carlos". The End: "El ego es una cosa clave para escribir y en el caso de mi vida, clave para vivir". Ahí lo deja. Pablo Iglesias, el elegido. Bienaventurado tú que permaneces inmune a tanto engaño y tienes un plan irremediable, visionario del pasado, que por las buenas o por las malas nos hará conocer la verdad. La última palabra te la dejamos a ti: "Como decía Mao Tse-tung, el poder descansa sobre la boca de los fusiles".

Maquiavelo frente a la gran pantalla. Cine y política. Pablo Iglesias Turrión (Akal, 2013). 14 euros.

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