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Jardiel Poncela: el maestro indiscutible del humor español

Su propósito fue desterrar de los escenarios de España la risa tonta de ayer por una risa joven y sagaz.

Su propósito fue desterrar de los escenarios de España la risa tonta de ayer por una risa joven y sagaz.
Enrique Jardiel Poncela | Libertad Digital

Enrique Jardiel Poncela (1901–1952) es uno de nuestros grandes renovadores del humor, tanto en el teatro como en la novela. Formó parte de un grupo literario que se dió a conocer en la década de 1920 (ahora, se la suele llamar "la generación del 27 del humor" o "la otra generación del 27"): López Rubio, Tono, Edgar Neville...

Antes de la guerra, estrenó grandes comedias como "Usted tiene ojos de mujer fatal", "Angelina o el honor de un brigadier" o "Cuatro corazones con freno y marcha atrás"; también publicó algunas novelas humorísticas de vanguardia, verdaderamente originales, como "Amor se escribe sin hache", "¡Espérame en Siberia, vida mía!", "Pero... ¿hubo alguna vez once mil vírgenes" y “La tournée de Dios”. Esta última, por cierto, se ha puesto luego en relación con “Rayuela”, por sus innovaciones de estructura y tipográficas; fue prohibida durante el franquismo. (Un detalle: Dios baja a la tierra y se hace partidario del Real Madrid; los del Atlético de Bilbao dicen que están “dejados de la mano de Dios” y no saben qué razón tenían).

Después de la guerra, estrena obras magníficas como "Un marido de ida y vuelta", "Eloísa está debajo de un almendro", "Los ladrones somos gente honrada" y "Los habitantes de la casa deshabitada".

Todos esos títulos alcanzaron gran éxito pero provocaron también fuertes polémicas. Como Miguel Mihura, se oponía Jardiel al viejo humorismo hispano, costumbrista y sentimental. A él le atraía lo inverosímil, de acuerdo con el espíritu de las vanguardias, con el magisterio evidente de Ramón Gómez de la Serna. Tuvo en contra a gran parte de la crítica; muchos de sus estrenos supusieron las mayores "batallas" del teatro español contemporáneo.

Su propósito es claro: "Renovar la risa. Arrumbar y desterrar de los escenarios de España la vieja risa tonta de ayer, sustituyéndola por una risa de hoy... Y a esa risa joven y sagaz, cuyo esqueleto estaba hecho de inverosimilitud y de imaginación, inyectarle en las venas lo fantástico y llenarle el corazón de ansia poética".

Jardiel es un autor imaginativo, complejo, pesimista, desigual, con hallazgos deslumbrantes, en los planteamientos; a veces, los desenlaces son apresurados, para intentar dar explicación verosímil a lo que, hasta entonces, no lo tenía.

Superadas viejas polémicas, hoy se le considera maestro indiscutible del humor español.

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