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Amando de Miguel

La magia del número seis

La 'hora sexta' (después de comer) de los latinos se convirtió en la españolísima 'siesta', que se dice así en inglés, sin traducir.

La fama la tiene el número siete, el pitagórico número primo. Pero el seis es número bíblico que esconde numerosas propiedades. Recordemos que Dios creó el mundo en seis días. El 6 de enero es la gran fiesta de los Reyes Magos (ahora una y media magas). En el sempiterno juego del dominó el seis doble es la ficha reina. Los dados presentan seis caras; el seis es el valor máximo. Los seises componen un ritual de mucha tradición en algunas iglesias. En la simbología hebraica la estrella de David de seis puntas se forma con los dos triángulos entrelazados. La estrella de seis puntas es la tradicional de los oficiales del Ejército español.

En la literatura se recuerdan los seis personajes en busca de autor de Pirandello. En la contabilidad tradicional, la sexta parte adquiere un gran valor de cómputo. De ahí viene el sexmo o mancomunidad de municipios y la sisa o pequeña propina en las compras. Seis es la mitad de una docena, unidad que ha servido para muchos cálculos tradicionales.

En la reciente historia española se recordará el mito del seiscientos, el coche arquetípico de los años 60 del pasado siglo. Por cierto, esos años 60 son los del máximo crecimiento económico de nuestra historia. Para los latinos, decir sexcenti equivalía a lo que nosotros expresamos con un millón, muchísimos. Es evidente la magia y la belleza geométrica del exaedro o cubo (el polígono de seis caras cuadradas). En la poesía griega o latina la unidad definitiva era el hexámetro o verso de seis pies. El sexto mandamiento ha traído de cabeza a la población cristiana.

En nuestra organización académica norteamericana, la unidad temporal es el semestre, que cada vez más se emplea también en Europa. En el Quijote aparece constantemente el número seis (horas, días, etc.). La hora sexta (después de comer) de los latinos se convirtió en la españolísima siesta, que se dice así en inglés, sin traducir. El cómputo sexagesimal es uno de los más antiguos; todavía se conserva para medir los minutos y los segundos en nuestros relojes. Se aplica igualmente a la división en 360 grados de un círculo. De ahí proviene el sextante, instrumento de medición de los marinos.

Creo que con lo anterior es suficiente para advertir que el año 2016 termina en el mágico número seis. Recordemos la fecha de 1936, de sangrienta memoria para los españoles. En 1956, con las huelgas estudiantiles, comenzó la quiebra del régimen autárquico para dar paso a una lenta evolución del franquismo. En 1976 empezó la transición democrática, que ahora llega a su culminación o a su final. Seguramente, en este año 2016 se planteará una nueva Constitución. La Constitución de 1876 (Cánovas) fue la que más duró.

En 2016 celebramos el cuarto centenario de la muerte de Cervantes y de Shakespeare. Sucedió realmente con una docena de días de diferencia, no en el mismo día, como suele decirse.

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