Menú
Rosa Belmonte

Federico García Lona

El montaje de 'Yerma' con Nuria Espert, con una lona que al final era una matriz, provocó numerosos chistes en la época.

El montaje de 'Yerma' con Nuria Espert, con una lona que al final era una matriz, provocó numerosos chistes en la época.
Nuria Espert | Cordon Press

A la gente el otro día le gustó mucho Nuria Espert cuando se puso a interpretar Doña Rosita la soltera vestida de calle en el Teatro Campoamor. Es verdad que si ahora se vistiera de doña Rosita parecería Bette Davis en ¿Qué fue de Baby Jane?. Demonios, a mí también me gustó mucho Nuria Espert en Doña Rosita la soltera, pero de pequeña. Lo del viernes me recordó eso. Cielos, me estoy poniendo Cuartango. Cambiando la estación de Miranda de Ebro por el Teatro Romea de Murcia (no sé si es influencia de Cuartango pero en la redacción de El Mundo se han puesto a estudiar latín).

Esa vez que vi la obra de Lorca supongo que fue en 1980, porque Espert la llevó por provincias antes de estrenar en el María Guerrero la producción del Centro Dramático Nacional que había dirigido Jorge Lavelli. Fue la segunda obra a la que iba. Mi madre había decidido llevarnos al teatro a mi hermana y a mí. Pensaría que ya éramos mayores. Nos contaba que de joven iba a la parte de arriba, la barata, y si el patio de butacas no se llenaba, los acomodadores la acomodaban abajo. La primera obra a la que nos había llevado fue Angelina o el honor de un brigadier, de Jardiel Poncela. Estaban Gemma Cuervo, Paco Valladares y Antonio Garisa. Haciendo callo y pedantería teatral siempre lamenté no haber podido ver a Nuria Espert en la Yerma de Víctor García porque eso fue mucho antes. Era ese montaje con la lona que al final era una matriz. Tiene gracia, las madres de antes siempre decían matriz, nunca útero. El montaje me lo contaba la mía, que parece que no tuvo que salir del teatro como aquel amigo del crítico teatral César Oliva cuando al terminar alguna obra experimental le preguntó: "Cesar, ¿nos ha gustado?".

Recordaba Nuria Espert los chistes que provocaba el montaje de Víctor García. Chistes tan españoles. Decían que era una obra de Federico García Lona. Una lona que se convertía en montañas, ríos, praderas y, finalmente, en una inmensa matriz que se tragaba a Yerma y a su marido. Víctor García emparentó a Lorca con Richard Matheson (El increíble hombre menguante), George Langelann (La mosca) o Rod Serling (En los límites de la realidad).

Sí vi, en una reposición, el montaje que Víctor García hizo de Las criadas de Genet. Del duelo de Nuria Espert con Julieta Serrano había dicho que eran "dos gatas en celo peleando a muerte". La otra era Mayrata O’Wisedo (siempre me fascinó que alguien que se llamaba María Ostalet Visiedo se pusiera Mayrata O’Wisiedo). Nuria Espert decía que Las criadas era el mejor espectáculo que había hecho en su vida, aunque a Yerma le debía más. A mitad de su carrera, a la Espert le dijeron que se fuera al Institut del Teatre y aprendiera a hablar. A Víctor García en un periódico madrileño lo habían llamado "mamarracho y enano".

Lo último que he visto de Nuria Espert ha sido La violación de Lucrecia, de Shakespeare. 75 minutos sola en el escenario. Ya tenía más años que esos minutos. Pero no he visto El rey Lear. Supongo que me gusta Nuria Espert, aunque me sobre su voz en La edad de la inocencia, demasiado grandilocuente para el cine (en el original la narradora era Joanne Woodward). Pero me gusta más imaginármela hablando por teléfono con Terenci Moix mientras veían Betty, la fea en la televisión. Discutiendo si la protagonista se tenía que quitar los brackets cuando se veía con Armando (el galán de la telenovela se llamaba igual que el marido de Nuria Espert). Terenci decía que se los tenía que quitar. La Espert que no. Preferiría haber visto una pantalla partida de estos dos, como Rock Hudson y Doris Day en Confidencias a medianoche, hablando de ‘Betty la fea’ que lo del otro día en Oviedo. Incluso que Yerma.

Temas

En Cultura

    0
    comentarios