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Nuria Richart

Calvo, aquella ministra de Cultura: "El rock hace más por el castellano que el Instituto Cervantes"

En una entrevista en 2004 para la revista Rolling Stone la "ministra rockera" confesó su amor por Metallica y el rock latino.

En una entrevista en 2004 para la revista Rolling Stone la "ministra rockera" confesó su amor por Metallica y el rock latino.
Cordon Press

El regalo de la revista Rolling Stone a sus lectores en la Navidad de 2004 fue de esos que son para toda la vida, como un hijo: una entrevista con la entonces ministra de Cultura, Carmen Calvo Poyato. El hijo que Calvo parió en esa charla fue este titular: "Un concierto de rock en español en el extranjero hace más por el castellano que el Instituto Cervantes". Y lo decía ella, que fue "cocinera antes que fraila". Se refería la ministra de Zapatero a que Manuel Chávez, con ojo clínico, le había atizado la Consejería de Cultura de Andalucía entre 1996 y 2004. A tus zapatos, zapatero, pensó Zapatero.

En esa misma entrevista, número 58 de la revista, la ministra "rockera", desvelaba que tenía en su despacho una 'chupa' de cuero para los conciertos, no como Trinidad Jiménez que la usó sólo para la foto, y que guardaba en su casa la discografía completa del grupo de Los Ángeles Metallica. Muy heavy. "Tengo todos los discos de Metallica. Lo duro tiene que existir. Valoro mucho el rock latino, gente como los Tacuba, Molotov, Jaguares, La Ley... que, además de hacer buen rock, siguen manejando el idioma y no se rinden al inglés". A los "anglicismos" se refería. Este fue otro de sus lapsus más sonados: "El español está lleno de anglicanismos".

Calvo, entonces tenía 47 años ahora 61, y nunca renunció a ser una Héroa del Silencio, uno de sus grupos preferidos.

Replicando la entrevista el diario El País contaba que "Carmen Calvo es una mujer actual". Gracias a este diario nos enteramos de que Shakespeare perseguía a la ministra aunque ella corriera más rápido y a ciegas, "va a los conciertos acompañada de su hija Julieta y del novio de ésta, Romeo, batería en una banda". En los conciertos la ministra pide a sus guardaespaldas "que bailen" para disimular. Con traje y pinganillo, se entiende.

Le escribió una cariñosa carta al grupo de música heavy metal Lujuria, cuyas letras denunciaban la pederastia en la Iglesia. A Bill Gates amenazó con pedirle "el dominio de la Ñ en la red", que Gates tiene mucho pero sólo era el dueño de Microsoft no de Internet.

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En 2006 en el estreno de 'Alatriste'

Aquella Navidad conocimos los gustos de Carmen Calvo "como persona privada": "Me gusta madrugar para poder pasar más rato en el baño: allí leo el periódico, oigo la radio, oigo música y hablo por teléfono con alcaldes, en bragas". De su cosecha fue también "el Rocío es la explosión de la primavera en el Mediterráneo" (el GPS no estaba todavía implantado). O aquello de que "las señoras tienen que ser caballeras, quijotas, manchegas". Y Pablo, la de Podemos, creyendo que inventa algo. Ella presidió los actos del Gobierno por el quinto Centenario de El Quijote. Carmen Calvo, a pesar de todos, se reivindicaba: "Las mujeres necesitamos nombrar como consideremos oportuno y la Academia (de la Lengua) irá depurando".

Como recuerda ahora algún diario el súper Ministerio de Cultura manejó un presupuesto de 936 millones de euros. Nunca más ha sido así. "Estamos manejando dinero público, y el dinero público no es de nadie". Otra. Y otra más: "Deseo que la UNESCO legisle para todos los planetas". Y en este caso lamentablemente no se refería la banda de rock indie de Granada.

Un 30 de abril de 2004 en la Cadena SER anunció que bajaría el IVA cultural, del 16 al cuatro por ciento. Luego le echó la bronca De la Vega por "reflexionar" en alto. Nunca más se supo. Hasta hoy.

Es hermana de José Calvo Poyato, novelista y exalcalde de Cabra, a punto de publicar en la editorial Arzalia un estudio sobre el expolio del Museo del Prado durante la II República. Ella tiene publicados varios libros, porque "lo que mueve el mundo no son las máquinas, sino las ideas". Dónde se ha visto, una ministra de Cultura echando pestes de la imprenta... Y ella lo reconocía, "el libro es muy útil: no se le agotan las pilas, no hay que enchufarlo, no se queda sin cobertura; considero que es la alegría de tu vida porque te lo puedes llevar a cualquier sitio". Qué heavy. En fin, "la cultura no puede ser ni gratis ni cara", por "los jóvenes, que son quienes cometen más estas actividades delictivas, porque su poder adquisitivo es menor y sus necesidades culturales más amplias".

El mérito de Carmen Calvo es que nunca fue "pretendidamente ingeniosa" como sí creyó que lo fue el senador Juan Van-Halen al creer que hacía referencia, en una pregunta en el Senado en el año 2005 a los dibujos animados Pixie y Dixie. Lo que dijo el senador fue "Calvo dixit". Habló en latín.

Así fue la cantante Calvo, punto y final al karaoke, "yo transmito que soy muy yo, y que voy de yo por la vida. Cuando deje de ser ministra seguiré siendo yo, que es mi verdadero cargo". Sánchez ha recompensado a la que espera, "tengo el carnet guardado en mi corazón. Seré socialista hasta que me muera". ¿La cabra de Cabra seguirá tirando al monte?

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