Después de varios minutos de vítores y aplausos, de pronto, los vivas se convirtieron en abucheos. El cambio en la respuesta de buena parte del público ayer, después de la función de Faust, de Charles Gounod, la ópera que abría la temporada en el Teatro Real, fue radical. Y todo comenzó con la salida al escenario del escenógrafo Alfons Flores y del figurinista Lluc Castells, con lazos amarillos colocados en la solapa. Tanto Flores como Castells, ambos barceloneses, han colaborado en otras ocasiones con Àlex Ollé, de la Fura dels Baus, encargado de la dirección de escena de este montaje de Faust, que ha contado con la dirección musical de Dan Ettinger.
Esa situación contrastó con el recibimiento y la despedida a los reyes de España, presentes en el teatro, que fueron ovacionados con gritos de "¡Viva España!". Además, entre las personalidades asistentes al acto se encontraban también el presidente del Teatro Real, Gregorio Marañón, el director general del Teatro, Ignacio García-Belenguer, y el director artístico de la institución, Joan Matabosch, así como la presidente del Congreso, Ana Pastor; la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo Poyato; el ministro de Cultura y Deporte, José Guirao; el ministro de Agricultura, Luis Planas; el presidente de la Comunidad de Madrid y patrono de honor, Ángel Garrido; el subsecretario del Ministerio de Cultura y Deporte, Javier García Fernández; la directora general del INAEM y patrona de honor, Amaya de Miguel; y la presidenta de la Comisión Cultura Congreso y patrona de honor, Marta Rivera, según ha informado Europa Press.
El año pasado fue atípico porque la inauguración oficial de la temporada se reservó para el 2 de noviembre, fecha en la que se conmemoraban los 20 años de la reapertura del Teatro Real. Por ello, en septiembre el primer montaje del curso Lucio Silla, tuvo un perfil bajo en relación a las autoridades presentes, que encabezó el entonces secretario de Estado de Cultura Fernando Benzo.
Aunque los reyes no llegaron a confirmar su presencia en ningún momento, se especuló con la posibilidad de que acudieran a la efeméride de la reapertura en noviembre, que se celebró con la versión de concierto de La Favorite, de Gaetano Donizetti, la elegida para inaugurar esta institución el 19 de noviembre de 1850. Sin embargo, finalmente tampoco acudieron a este acto ya que don Felipe mantenía la agenda prácticamente despejada por la situación que se vivía en Cataluña en el otoño pasado.