Menú
Rosa Belmonte

El día en que Jesús Hermida interrumpió a Doris Day

Vista ahora 'Confidencias a medianoche' puede parecer ingenua, pero Rock Hudson dijo que no tres veces porque le parecía un guión arriesgado.

Vista ahora 'Confidencias a medianoche' puede parecer ingenua, pero Rock Hudson dijo que no tres veces porque le parecía un guión arriesgado.
Doris Day y Rock Hudson | Gtres

Este año se cumplen los 80 años de La diligencia pero también los 60 de Confidencias a medianoche, que no tendrá detrás a Ford ni a Yakima Canutt, sólo a Michael Gordon, pero merece un recuerdo. Y un guiño a Doris Day, que acaba de cumplir 97 años. Tampoco será una cifra redonda pero a partir cierta edad todo es celebrable. Hasta Doris Day, que a mí me gusta, todo hay que confesarlo. A finales de los 50, entre Marilyn Monroe (la que gustaba a los hombres), Audrey Hepburn (la que gustaba a las mujeres) y Elizabeth Taylor (la que gustaba a todos), estaba Doris Day como la chica de la puerta de al lado. Gracias a Confidencias a medianoche (1959) fue un poco más sexy y refinada (sólo hay que ver el vestido blanco de espalda descubierta que lleva cuando Rock Hudson la ve por primera vez, un diseño de Jean Louis). Tuvo una nominación al Oscar (la única de su vida) y su carrera resurgió. Tiene gracia que representara lo más retrógrado cuando en ‘Confidencias a medianoche’ era una profesional independiente y muy dispuesta. Diseñadora de interiores, es memorable la casa llena de trampas que hace a Rock Hudson para vengarse.

Vista ahora puede ser una película ingenua, pero Rock Hudson dijo que no tres veces porque le parecía un guión arriesgado. "Dirty". Hasta el título (pillow talk) tuvo problemas. También es verdad que Hudson no había hecho comedia. Es picante sin ser grosera. Llena de dobles sentidos. Con pantallas partidas y los actores en sus bañeras haciendo que se tocaban los pies. La revolución sexual se aproximaba y se estaban reconsiderando los roles sexuales. Si las comedias de los años 30 y 40 eran disparatadas, las de los años 50 y 60 vivían una transición.

Fue la primera película que hicieron juntos Doris Day, Rock Hudson y Tony Randall para la Universal (las siguientes serían Pijama para dos y No me mandes flores). Pero Confidencias a medianoche es la única en la que sale la gran Thelma Ritter. Borrachuza, encantadora, la voz de la sensatez. Ella también fue nominada al Oscar como mejor secundaria. Era la quinta vez que le pasaba (la primera fue por Eva al desnudo, la última, sexta, por El hombre de Alcatraz). Estaba tan harta de perder que no fue a la ceremonia. Reunió a sus amigos en casa para ver juntos como volvía a perder. Cómo ganaba Shelley Winters por El diario de Anna Frank. Hasta que llegó la pobre Glenn Close, era la actriz más nominada y nunca premiada.

La película cuenta la historia de un compositor donjuán y una diseñadora de interiores que tienen que compartir línea telefónica. Con ello consiguen la antipatía recíproca, pero cuando Brad Allen (él) pone cara y cuerpo a Jane Morrow (ella) se propone seducirla haciéndose pasar por otra persona, un tosco e ingenuo texano. Hasta que todo se descubre. En una época de westerns, películas de guerra, de espectáculos y melodramas, el público estaba ávido de comedias románticas, aunque los empresarios no lo sabían y Ross Hunter, el productor, tuvo dificultad para colocarla (luego le rogaban). Martin Melcher, marido de Doris Day, también producía. Fue la cuarta más taquillera del 59.

Como curiosidad, la primera escena rodada fue casi la última, esa en la que Rock Hudson lleva en brazos a Doris Day hasta su casa por las calles de Nueva York. Rock Hudson se ayudó de una especie de carrito que tapaba la ropa de la actriz. Tampoco era cuestión de deslomarse. Otra curiosidad es que cuando se hizo Abajo el amor (2003) Tony Randall tuvo un papelito. Abajo el amor, pese a su recreación de las comedias románticas de los 50-60, no salió tan bien como Lejos del cielo (2002), donde Todd Haynes sí imita a Douglas Sirk como debe ser. Pero mi curiosidad favorita es una que tiene que ver con España. El 20-21 de julio de 1969 TVE estaba emitiéndola mientras se esperaba la llegada del Apolo a la luna. Interrumpieron la película y conectaron con Mundovisión. De la película no se volvió a saber hasta 1999. La programación televisiva que se podía leer en ABC de ese día decía: "En la madrugada de mañana lunes, desde las 3, proyección de diversas películas hasta el momento de retransmitir, en directo, la llegada del módulo lunar a la luna". Jesús Hermida echó a Rock Hudson y a Doris Day.

Temas

En Cultura

    0
    comentarios