Los 70 en Argentina fueron años sanguinarios. Dos organizaciones terroristas marxistas-leninistas asesinaron, secuestraron e hirieron a miles de civiles y militares que siguen esperando justicia.
En la escritura de Primo Levi alienta el desasosiego límite de sospechar que lo verdadero es ese agujero negro de la Historia como corolario de un silogismo despiadado.