L.D. / EFE.- Ya son más de 400 bandas sonoras las compuestas por este músico italiano que ha trabajado con algunos de los mejores directores del mundo como Bernardo Bertolucci, Adrian Lyne, Zeferelli, Pier Paolo Pasolini, Sergio Leone o Pedro Almodóvar, por eso no duda en decir que "la música para el cine es música con mayúsculas, aunque sea un arte aplicado a otro arte", dijo a Efe.
La música de "Vatel", cuarta colaboración con Joffé después de "La Misión" (1987), "Creadores de sombras" (1990) y "La ciudad de la alegría" (1993), se une ahora a otros títulos como "Cinema Paradiso", "Atame", "Novecento", "El Decamerón", "La misión", "La muerte tenía un precio" y "Por un puñado de dólares", película con la que cosechó su primer éxito al lado de Sergio Leone a principios de los 60.
Para Morricone, "la música del cine es música de nuestro tiempo, una época dominada por la imagen, de ahí el nuevo éxito de la ópera. Pero no creo que las bandas sonoras se conviertan en la música clásica del futuro, porque la clásica es absoluta por sí misma y la del cine está condicionada. Las bandas sonoras forman parte de un género más dentro de las subdivisiones en las que se estructura la música contemporánea".
Morricone se ha quedado a las puertas de recibir un Oscar a la Mejor Banda Sonora Original en cinco ocasiones por "Días del cielo" de Terence Malick (1978), "La misión" de Roland Joffé (1987), "Los intocables de Elliot Ness", de Brian de Palma (1988), "Bugsi" de Barry Levinson (1991) y "Malena" de Tornatore (2001).
"Lo importante de los Oscar es estar nominado, porque esa es la votación que ejercen todos los músicos que componen bandas sonoras y es un honor que tus propios compañeros te elijan. Luego en el resultado final participa mucha gente que ni siquiera ha visto la película o si la ha visto no se ha fijado en la música", aclara.
Morricone, que trabaja en las partituras de varios telefilmes y en la película "El juego de Ripley" de Liliana Cavani, cree que hay grandes realizadores jóvenes que "auguran un buen cambio generacional, pero que al acercarse a mí lo hacen con tanto respeto que te dejan todo el peso y la responsabilidad de la música de su película".
La música de "Vatel", cuarta colaboración con Joffé después de "La Misión" (1987), "Creadores de sombras" (1990) y "La ciudad de la alegría" (1993), se une ahora a otros títulos como "Cinema Paradiso", "Atame", "Novecento", "El Decamerón", "La misión", "La muerte tenía un precio" y "Por un puñado de dólares", película con la que cosechó su primer éxito al lado de Sergio Leone a principios de los 60.
Para Morricone, "la música del cine es música de nuestro tiempo, una época dominada por la imagen, de ahí el nuevo éxito de la ópera. Pero no creo que las bandas sonoras se conviertan en la música clásica del futuro, porque la clásica es absoluta por sí misma y la del cine está condicionada. Las bandas sonoras forman parte de un género más dentro de las subdivisiones en las que se estructura la música contemporánea".
Morricone se ha quedado a las puertas de recibir un Oscar a la Mejor Banda Sonora Original en cinco ocasiones por "Días del cielo" de Terence Malick (1978), "La misión" de Roland Joffé (1987), "Los intocables de Elliot Ness", de Brian de Palma (1988), "Bugsi" de Barry Levinson (1991) y "Malena" de Tornatore (2001).
"Lo importante de los Oscar es estar nominado, porque esa es la votación que ejercen todos los músicos que componen bandas sonoras y es un honor que tus propios compañeros te elijan. Luego en el resultado final participa mucha gente que ni siquiera ha visto la película o si la ha visto no se ha fijado en la música", aclara.
Morricone, que trabaja en las partituras de varios telefilmes y en la película "El juego de Ripley" de Liliana Cavani, cree que hay grandes realizadores jóvenes que "auguran un buen cambio generacional, pero que al acercarse a mí lo hacen con tanto respeto que te dejan todo el peso y la responsabilidad de la música de su película".