Dos palabras: Civil War. O sabéis lo que es o lo habéis tenido que escuchar, como mínimo, en el contexto de la película del Universo Marvel que significó el tercer film del Capitán América allá por 2016. Muy buena película, por cierto. Con muchos toques del cómic, faltaría más, pero con ese sello personal necesario para adaptar este evento a la línea argumental global que necesitaban para lo que vino después en la gran pantalla. Eso sí, todo basado en la obra maestra que hoy traemos a nuestra sección de cómics de Libertad Digital.
¿Te gustó la película? Pues vas a alucinar con el cómic si te acercas a este hito en la historia de Marvel que la editorial Panini ha recuperado por segunda vez en su formato Must Have (debes tener). Aquí no hay discusión posible. Esto es un clásico necesario en tu comicteca. "Es que no sé si arriesgarme a comprarlo porque...". No vas a fallar. Hazme caso. Esto es un win win de manual. Ganas seguro. ¿Por qué? Porque tienes en un solo tomo absolutamente de todo: un hito en la historia de los cómics, un guion que enfrenta a decenas de superhéroes liderado por Iron Man y por el Capitán América, respectivamente, y un nivel de acción propio de los mejores blockbuster del género.
Ahora continuamos con este análisis, pero antes os ofrecemos los datos técnicos básicos de este cómic para que no os falte información de ningún tipo: 208 páginas guionizadas por Mark Millar y dibujadas por Steve McNiven, tapa dura, contiene Civil War 1-7 y tiene un precio de 18 euros en el formato Must Have de Panini.
Una premisa adulta, política, moral y muy interesante
Civil War arranca a toda velocidad. En cinco páginas Millar pone a tu disposición la razón de ser de esta sangrienta y dolorosa guerra civil entre superhéroes que, siendo aliados e incluso amigos, no dudarán en luchar unos contra otros si sus ideales están sobre la mesa y son totalmente opuestos. ¿Hasta que punto un superhéroe puede ejercer como tal sin que nadie controle sus actos y las consecuencias de los mismos? ¿Se debería controlar y regir las acciones de estos dioses de la justicia con un registro gubernamental? Ese es el punto de partida, simple aunque muy complejo, de esta obra. Y todo esto se precipita una vez que vemos lo que ocurre cuando unos justicieros jóvenes y ansiosos de notoriedad cometen un error que le cuesta la vida a decenas de niños inocentes.
En mitad de la tragedia surgen dos bandos. El de Iron Man y el del Capitán América. Por un lado un Tony Stark decidido a revelar identidades y perder libertades si es necesario para, gobiernos mediante, ser supervisados reduciendo así los daños colaterales que los superhéroes, aunque sin querer, provocan con sus intervenciones. En el lado opuesto, el Capitán y la libertad por bandera para asumir errores mientras se salvan vidas. Para proteger las identidades de los héroes y que así sus enemigos no les extorsionen usando a su círculo más cercano como víctimas. Como ven, son dos bandos que buscan un fin noble, sin embargo, esas pequeñas diferencias, sutiles a la par que insalvables, provocarán una guerra civil que, les aseguro, cruzará todas las líneas posibles.
Esta premisa de Millar, como bien se cuenta en los extras de esta edición Must Have, fue elaborada tras una tormenta de ideas que los principales guionistas y responsables de Marvel elaboraron en su día. Tocaba un evento impactante. Había que remover la tierra bajo los pies de la Casa de las Ideas y sí, lograron lo que se proponían. Este cómic no solo es una historia con un guion sólido, vertiginoso y lleno de conflictos y revelaciones significativas sino también un tira y afloja con la mente de los lectores. Un ir y venir de reflexiones que por momentos te situarán en un bando u en otro. Te hará dudar de quién tiene razón o no, porque incluso los protagonistas se moverán en grises y no en el blanco o negro de los dos extremos enfrentados. Casi todos dudan dentro de este cómic y esa lucha moral de ideales es otro de los puntos positivos de esta narración.
Estamos ante algo más que un blockbuster mítico del mundo de los cómics. Lógicamente en una guerra civil entre superhéroes hay acción para dar y regalar, pero entre el caos, la sangre, las luchas y los escudos y puñetazos volando por doquier encontramos una lucha moral que le da aún más valor al relato.
Dos líderes perfectos para dos ideas opuestas
Iron Man y el Capitán América son las dos piezas claves de esta guerra civil y queda patente desde el inicio del cómic. Ambos son personajes totalmente opuestos en su forma de ver la vida y pese a formar parte de un mínimo común denominador como son los Vengadores, Millar plasma a la perfección esa tensión moral que en algún momento tenía que saltar por los aires y que finalmente explota. Aquí no solo revienta sino que la onda expansiva acaba costándole la vida a gente inocente.
El guion de Millar te va llevando de bando a bando centrando el tiro en Tony Stark y Steve Rodgers. Ojo, sin olvidar al resto del personajes. Siendo un blockbuster con tantos superhéroes es lógico que algunos sean simples secundarios y se pierda profundidad en sus papeles, sin embargo, es un coste menor para el beneficio global de la historia. Spiderman, por ejemplo, será decisivo y algunos como Daredevil, sin tener mayor relevancia, dejarán frases y momentos que servirán de puntos de reflexión para los actores estrellas de este evento. En resumen, nos encontramos ante un guion de Millar que siendo simple en su esencia, mantiene el listón alto en todo momento a base de acción física y moral.
Steve McNiven, sobresaliente dibujo ante un complicado reto
No es ni mucho menos fácil dibujar batallas y momentos épicos con superhéroes de por medio, pero aún es más difícil cuando tienes que meter en el mismo saco al carrusel inagotable de personajes que Civil War tiene en plantilla. Aquí hablamos de viñetas o splash page con Iron Man, Capitán América, los 4 fantásticos, Lobezno, Daredevil, Spiderman, Doctor Extraño, los Thunderbolts, Hulka... Están todos o casi todos y cada uno debe tener su momento y su trascendencia. Un guion perfecto sin un dibujo, color y entintado a la altura puede perderse en el olvido. No es el caso. McNiven aceptó el reto y lo borda.
Aquí varios ejemplos:
Poco más se puede decir de esta obra. Lo tiene todo y además supuso un hito en la historia de este maravilloso mundo de los cómics. El combo perfecto para disfrutar una y otra vez leyendo y releyendo esta historia. ¡Lectores, reuníos!