Cuando uno piensa en un thriller, sí o sí e independientemente del formato, debe recibir por parte de los creadores tensión en vena. Sí o sí. La historia te tiene que atrapar. Es el mínimo que se le pide a una historia así, porque el espectador, oyente o lector se planta delante de la obra buscando precisamente esa sensación de no querer perderse ni un detalle porque, precisamente en esos detalles, puede estar la resolución de la trama.
A mí con este Destrozados, Isabel Ferrando y Jorge Castro me han mantenido pegado al cómic en todo momento. Sin pausa. Sin prisa, pero con la ansiedad de avanzar más y más para saber qué estaba ocurriendo. ¡Bravo! Eso es lo que le pido a una obra así cuando me siento delante de ella y me lo han dado, como he dicho antes, en vena.
¿De qué trata Destrozados? La Policía recibe la llamada de varios vecinos de una calle de Denia (España) porque el olor que sale de uno de los pisos les hace temer por la vida de su inquilino. Cuando la Policía abre la puerta y echa un vistazo, un crimen horroroso se plantea ante ellos, pero no hay cuerpo de por medio. Nada. Además, la historia se divide entre esa investigación y la mirada del propio asesino que, poco a poco, se va adentrando en el mundo de la locura.
Antes de seguir con el análisis, vamos como siempre con el apartado técnico: guion de Isabel Ferrando, dibujo de Jorge Castro, editorial Cartem Cómics, tamaño 21 x 29,7 cm, 116 páginas, blanco y negro, tapa dura y un precio de 19,95 euros.
Vamos con la reseña
Ficción basada en realidad con una historia que gira para mantenerte en vilo
No me gusta buscar demasiada información de un cómic en concreto antes de leerlo porque luego siempre te condiciona a la hora de dar tu opinión o, como mínimo, algo te influye. Por eso esperé a terminar Destrozados para echarle un ojo a las diferentes entrevistas que Isabel Ferrando y Jorge Castro concedieron a la editorial Cartem Cómics hablando de su obra. Ya en mi cabeza tenía, nunca mejor dicho, la historia girando y girando y cuando eso pasa quiere decir que me ha marcado. Luego, al revisar dichas entrevistas, escuché a Isabel decir que a ella no le gustaban las historias lineales y que prefería contar las cosas yendo de delante hacia atrás y viajando del presente al pasado. Eso es precisamente lo que más me ha gustado de la narrativa de este cómic. El ir y venir de acontecimientos, desordenados, que te van exigiendo más y más concentración porque la tensión va de menos a más sin soltarte. Y eso lo consigue Isabel con ese vaivén temporal que mueve la obra y que a ti te deja plantado delante de ella sin parar de leer.
Destrozados es un cómic de los que yo denomino de "sentada", es decir, de devorarlo de una sentada y en una sola tarde, pero con una diferencia respecto a otras obras de este tipo. Hay historias que te las lees del tirón por su velocidad narrativa y su facilidad para meterte en la acción, pero luego las olvidas. No hay una sobremesa reflexiva después del atracón. Con Destrozados sí la hay y bien merece café, chupito y conversación larga. Te dejan pensando y pensando vuelves a cogerlo para echar un vistazo a los momentos que más te han calado. Y eso también ocurre porque el dibujo de Jorge Castro y ese toque noir del blanco y negro es una auténtica maravilla. Os dejo varios ejemplos:
Como se puede observar, tanto en los planos cortos como en los largos, el detallismo y el cuidado de Jorge es sobresaliente logrando ambientar cada situación de manera acertada. La locura del asesino está perfectamente representada en el dibujo y el blanco y negro le otorga un toque aún más psicológico a la historia como en su día pasó por ejemplo con el cine de Alfred Hitchcock y la película Psicosis. ¿Quién no recuerda la escena de la ducha? Pues aquí tenemos bañera y sin el rojo de la sangre de por medio, como pasó en ese famoso motel cinematográfico, el lector imagina en su cabeza la escabechina que ha tenido lugar en ese cuarto de baño plagado de manchas y suciedad. El guion y el dibujo son tan absorbentes que el nauseabundo olor de ese cuarto de baño, inimaginable por suerte para la mayor parte de las personas, se llega a palpar. Hablamos de una obra que absorbe y transmite y eso no es nada fácil.
Respecto a la edición, Cartem apuesta por esta obra bajo el sello ‘Spanish bombs’, dando mayor visibilidad a la calidad nacional que tenemos actualmente. No solo con estrellas que han dado el salto al otro lado del charco sino también con aquellas y aquellos que siguen alimentando, aquí en casa, la industria de nuestro país. Además en el tomo se incluyen como extras bocetos inéditos y un mapa para situar la diferente partes del cuerpo de la víctima localizados por la Policía.
Conclusión: el cómic español está en un estado óptimo de forma y esta obra lo demuestra. Espectacular trabajo de tensión narrativa y de guion no lineal por parte de Isabel Ferrando que se suma a un absorbente y realista dibujo de Jorge Castro. Un cómic nacional con mucho estilo y con personalidad propia que aumenta sus aptitudes positivas con el uso del blanco y negro. Si gustan, disfruten de la lectura.