Menú

Muere Ramiro Oliveros año y medio después de enviudar de Concha Márquez Piquer

El actor falleció a los 82 años en su chalé de las afueras de Madrid, a consecuencia de un fallo multiorgánico.

El actor falleció a los 82 años en su chalé de las afueras de Madrid, a consecuencia de un fallo multiorgánico.
Concha Márquez Piquer y Ramiro Oliveros. | Gtres

A los ochenta y dos años, ha muerto el actor madrileño Ramiro Oliveros cuando se cumple exactamente año y medio de la defunción de quien fue su última esposa, la cantante Concha Márquez Piquer. El óbito se produjo en su chalé de las afueras de Madrid, a consecuencia de un fallo multiorgánico. Llevaba cierto tiempo con problemas pulmonares y cardíacos. El octubre pasado sufrió un infarto de miocardio. Las últimas imágenes que de él recordamos en esa vivienda eran patéticas para un galán como fue, sin apenas poder moverse, sujeto a una silla de ruedas. En sus últimos momentos, con las manos apretadas a su hija Iris Amor, cerró definitivamente sus ojos.

Ramiro Fernández Oliveros tenía la intención de cursar Filosofía y Letras mas a instancias de su padre, hizo la carrera de Medicina, que no llegó a concluir. Le entró después de cinco años en las aulas una tentación viajera y se marchó a Inglaterra a recoger la fresa. Fue en Londres donde decidió dedicarse a la interpretación y entre escenarios de la capital británica, franceses e italianos transcurrieron unos años hasta que regresó a Madrid. Su sueño era dedicarse a la dirección y hasta publicó un libro sobre técnica teatral, muy interesante. Luego su carrera discurrió en su faceta actoral, que no era la que deseaba. Probó suerte en grupos teatrales independientes, trabajó mucho en Televisión Española en espacios dramáticos para luego alternar el cine con el teatro comercial.

De su filmografía, él mismo destacaba Memorias de Leticia Valle, La madrastra, junto a Ismael Merlo y Amparo Rivelles, La cruz del diablo, Cabo de vara, todas ellas en la década de los 70 y en la siguiente otros títulos de menor entidad. Alternó en varios repartos cinematográficos con Fernando Fernán-Gómez, Ray Milland, Tony Curtis, John Finch… Y en teatro sobresalió en obras clásicas, siendo Don Juan Tenorio una de ellas, fechada hace veintiún años. Estaba dotado de un físico atractivo, de elevada estatura, excelente voz y en general más dotado para ser galán de acción, como un duro de la pantalla, aunque se significara asimismo con acierto en papeles de comedias románticas.

Él mismo contaba que en su juventud fue un tanto rebelde. Más de una noche, lo encontraba en las discotecas de moda, muy alegre, ligando gracias a su físico y a una cierta popularidad sin duda. Se casó tres veces. De la primera boda nunca le oí hablar, salvo que dijera haber sido padre dos veces, de Ramiro y Hugo Samuel. Uno de ellos moriría a los veinticinco años a causa de las drogas que consumía. Antes de que esa tragedia ocurriera, siendo los chicos de menor edad, buscó la forma de atenderlos lo mejor posible, hallando la solución con otra boda. Estas segundas nupcias fueron con una fotógrafa argentina, Consuelo Buenader. Estuvieron en total cinco años de convivencia, entre 1977 y 1982 y ella hizo lo posible por ocuparse de aquellos chicos. Pero al final se produjo la ruptura de la pareja.

Ramiro tenía a veces un carácter brusco, los vi discutir acaloradamente en más de una ocasión y hasta tuvieron un accidente en San Sebastián, en coche, durante el transcurso de un Festival de Cine. El automóvil quedó destrozado; yo mismo tomé unas fotografías. Fuí a verlos al hospital donde heridos, aunque no de gravedad, me dijeron que podían haberse matado.

Me encontré a Ramiro años después en la inauguración del Casino de Santander, cuya dirección nos había invitado a un grupo de periodistas y actores. Concha Márquez Piquer me pidió en un momento determinado que le alejara de ella a Ramiro, a quien no conocía de nada. Se cayeron mal desde aquella noche. Pero ¡oh, el amor!, unos meses después acudían juntos a una entrega de los premios Mayte de teatro. Y colados el uno por la otra decidieron casarse civilmente el 31 de diciembre de 1982, aprovechando que era el cumpleaños de Conchín, como era llamada familiarmente y por los amigos, entre los que me contaba.

Esta tercera unión de Ramiro no tuvo nada que ver con las anteriores. Fueron muy felices. Viajaban todos los años a lugares exóticos y lejanos. Ella no accedió a concederle el divorcio a Curro Romero, que había sido su primer esposo. Tuvieron una niña, Iris Amor. Para Concha Márquez Piquer fue como un regalo del cielo, porque había perdido a la menor de sus dos hijas con el torero sevillano en un accidente en los Estados Unidos. Y cuando en octubre de 2021, Concha se fue de este mundo, para Ramiro fue un golpe terrible, lo que contribuyó con su salud ya algo quebrada a agravar su estado, hasta llegar este 27 de abril cuando le ha llegado su final.

Temas

En Cultura

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Libro
    • Curso
    • Inversión