Una de las características más destacadas del idioma español son las tildes, un aspecto fundamental para la correcta pronunciación y comprensión de muchas palabras. Estas tildes se aplican en diversas vocales, como la "á", "é", "í", "ó" y "ú", que son las vocales acentuadas según reglas gramaticales bien definidas. Sin embargo, dentro de esta lógica del acento ortográfico, también existe una consonante que, aunque poco común, puede llegar a llevar tilde: la letra "y". Aunque generalmente no se acentúa, en ciertos casos y contextos, la "y" puede tomar una tilde, lo que la convierte en un tema interesante en la lengua española.
En este sentido, la Real Academia Española (RAE) ha hecho una reciente advertencia sobre el uso correcto de la letra "y". Según la RAE, el término "i griega", utilizado por muchos hispanohablantes, es incorrecto, y lo adecuado es simplemente llamar a esta letra "ye". Esta aclaración ha puesto nuevamente a la "y" en el centro del debate lingüístico. A pesar de que la "y" no suele llevar tilde en la mayoría de los casos, existen algunas excepciones notables.
¿Cuándo lleva tilde?
Una de las principales excepciones son las palabras arcaicas o en desuso, en las cuales la "y" actúa como vocal. En estos casos, se acentúa, siguiendo las mismas reglas que rigen las vocales en la lengua española. Algunos ejemplos son apellidos antiguos como "Ýñigo" y "Laýna", o palabras que ya no se emplean con frecuencia en el lenguaje actual, como "otrosý" o "ansý". También existen nombres como "Ýscar" y lugares como el municipio de Aýna, en la provincia de Albacete, donde la "y" conserva su tilde.
En su explicación, la RAE señala que la mayoría de estos casos son nombres propios, especialmente topónimos y apellidos, que han mantenido esta forma antigua de la lengua. En épocas pasadas, era común que la "y" apareciera en el interior o al principio de las palabras, como en los casos de "Ayllón", "Goytisolo" o "Ynduráin", que aún conservan esta peculiaridad en su escritura.
El acento prosódico e "ý"
Antes de todo, hay que mencionar el acento prosódico, donde la RAE ha destacado que "son la vocal o las vocales que constituyen su núcleo las que se ven más alteradas en sus valores acústicos", aunque hay ocasiones en las que la "y" actúa como "i", es decir, cuando es conjunción copulativa: "tierra y aire" y al final de palabras como "Uruguay" o "virrey". En estos casos, no lleva tilde porque el acento no recae sobre esta consonante.
Además, la RAE ha destacado que hay otra excepción en la que la "y" lleva tilde: se trata del "antiguo adverbio ý (hoy ahí), donde la tilde tiene valor diacrítico, pues lo distingue de la conjunción átona y" como indica la RAE en el siguiente ejemplo: "Y la reina ý gran gloria tuvo".