
El Instituto Cervantes, dirigido por el izquierdista Luis García Montero, ha perdido una licitación publicada en 2020 por la Comisión Europea para dar cursos de español en las instituciones comunitarias en favor del instituto belga Centre de Lagues Allingua (CLL). Este instituto ha superado en puntuación al Cervantes por, entre otros motivos, no realizar de forma correcta la inscripción a la licitación y presentar unos servicios de mayor calidad a ojos de la Comisión.
Entre otras cosas, el Cervantes aportó la documentación que se le exigía a través de enlaces web, algo que contravenía el criterio de licitación por considerar la Comisión Europea que el instituto español podía hacer trampas y actualizar las webs incluidas en el documento una vez acabado el plazo. Es decir, que la información de la web podía ser completada más tarde ofreciéndole una posición ventajista con respecto a los demás competidores.
La historia arranca en 2020, año en el que Europa quita a la "institución clave para la promoción del español en el mundo", el Cervantes, la impartición de estos cursos en favor de los belgas. En su día el instituto español reclamó el asunto pero los argumentos no convencieron a la Comisión y entonces recurrieron la licitación al Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea (TJUE), que en 2023 se pronunció en contra del organismo que dirige García Montero. Volvió a presentar unas alegaciones, con el apoyo de España en el Parlamento Europeo, que han sido denegadas mediante una sentencia que ha sido publicada este jueves en la que el TJUE ha vuelto a fallar a favor del criterio de la Comisión.
El Cervantes más caro y con menos calidad
Los criterios de adjudicación también tenían en cuenta la calidad y el precio de las ofertas, considerando al CLL en una mejor posición que al Cervantes, que quedó en segundo lugar. De hecho, el TJUE incide en su sentencia en que la oferta de la organización española tiene una calidad inferior y que, de los doce puntos que el centro belga le saca de ventaja al Cervantes, sólo dos de ellos habían sido penalizados por la presentación errónea de la documentación.
En este sentido, la sentencia se ha hecho firme dejando al Instituto Cervantes sin posibilidades de acceder a la licitación, a pesar de las quejas españolas en las que aseguraban que no se había aplicado correctamente la Carta de los Derechos Fundamentales en la decisión y que alegaban que podría haber una posible "vulneración del principio de jurídica y de confianza legítima" por parte de la Comisión.
La calidad contaba un 70%
Además, según ha ampliado la información el diario ABC, la licitación contrataba 48 meses de servicios de formación lingüística a las agencias, instituciones y órganos de la Unión. Para ello, el CLL presentó una oferta de 3,47 millones de euros, casi un millón de euros más cuantiosa de lo que lo hizo el instituto español, que ofertó los servicios por 2,67 millones de euros. Es decir, que la Comisión Europea valoró más la calidad de los servicios presentados que en la oferta económica de cada una de las organizaciones, ya que la oferta del instituto belga era más cara para el erario público europeo.
En concreto, la Comisión Europea valoraba en un 70% la calidad de las ofertas presentadas y en un 30% el precio que los solicitantes propusiesen. En conjunto, el instituto español recibió una calificación de 82 puntos posicionándose en segundo lugar, mientras que la organización belga ascendió a los 94 puntos sobre 100. Así, el CLL se ha convertido en el principal proveedor del servicio de enseñanza del español en las instituciones europeas a pesar de ser un instituto belga por encima del instituto de referencia español.