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El artista vivo más caro

Jeff Koons lleva al Pompidou su arte feroz, pop y pornográfico

El museo francés expone la primera retrospectiva europea dedicada al excorredor de Bolsa, que incluye uno de sus gigantescos perritos hinchable.

El museo francés expone la primera retrospectiva europea dedicada al excorredor de Bolsa, que incluye uno de sus gigantescos perritos hinchable.
'Antigüedad', de Jeff Koons. | Pompidou

Una visión del mundo feroz y alegre a la vez, minimalista, pop, kitsch, neoclásica y pornográfica... la primera retrospectiva europea dedicada a Jeff Koons, ha abierto sus puertas al público en el Centro Pompidou, garantizando emociones impactantes y diversas.

Ni siquiera podrán quedar indemnes ante su visión los detractores de este excorredor de Bolsa estadounidense de 59 años, que en noviembre de 2013 subastó en 58 millones de dólares (46,7 millones de euros) uno de sus monumentales Balloon dog de acero, de color naranja, y se convirtió en el artista vivo más caro del mercado.

En París expone un centenar de piezas creadas al frente de un taller en el que hoy trabajan 150 personas.



La lista incluye uno de esos gigantescos y candorosos perritos de apariencia hinchable, aquí color magenta, junto a varias creaciones de la misma serie a la que pertenece, Celebration (1994-2000).

La retrospectiva más completa organizada sobre Koons a este lado del océano llega a París procedente del Whitney Museum de Nueva York, donde se inauguró el pasado junio, y con algunas variantes viajará la próxima primavera al norte de España, para exponerse en el Guggenheim de Bilbao.



Desde su primeras etapa pop-minimalista, sus aspiradores con neónes y sus bronces de artículos deportivos, hasta las series Antiquity y Gazing Ball de los últimos años, fundidas en acero de colores muy vivos primero, blancas al final, inspiradas siempre en la antigüedad clásica, el recorrido es cronológico.

Las primeras series expuestas: Inflatables, Pre-New, Luxury and Degradation, Equilibrium, Banality y Celebration dan paso a la polémica Made in Heaven, encerrada en una sala apta solo para mayores de 18 años, según previene un rótulo a la entrada.

"La pornografía -explica el comisario retomando el discurso del artista- está por todas partes, el mundo es pornográfico. Eso está claro. Hay que aceptarse, como dicen Koons, y mirar imágenes como estas aceptando uno mismo que, en realidad, nos interesan".

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