Barcelona acoge la exposición 'La Movida. Crónica de una agitación 1978-1988'
Alberto García-Alix, Ouka Leele, Pablo Pérez-Mínguez y Miguel Trillo formaron parte de La Movida, convivieron y se encontraron en diferentes ambientes, pero lo excepcional es que cada uno la vivió y fotografió con una energía irrepetible y aproximándose desde polos radicalmente diferentes. La exposición La Movida. Crónica de una agitación. 1978-1988, llega a Barcelona después de haber pasado por el festival de fotografía más importante del mundo, Les Rencontres d’ Arles. Puede verse en La Fundación Foto Colectania.
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Gabriel Fix, 1980
Las fotografías de primera época de García-Alix son testimonio de cómo se transformaba la calle y los personajes que la habitaban. Sus imágenes constituyen otra crónica del momento, que nos muestra a una generación que también fue arrasada por la droga y el sida
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Ana Curra esperando mis besos, 1984
La frase "Don´t follow me, I´m lost" ("No me sigas, estoy perdido"), además de ser el primer tatuaje de García-Alix, refleja perfectamente lo que para el autor fueron aquellos años.
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Junto a la sala El Jardín. Madrid, 1981
Próximo al epicentro de las actuaciones musicales y de la escena contracultural, retrata la libertad de la calle y la juventud del momento, agrupada en tribus según su manera de vestir y sus comportamientos.
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Junto a Rock-Ola. Madrid, 1983
"Los grupos siempre hacían lo mismo sobre el escenario, siempre representaban el mismo papel, ya fuera en París, Roma, Londres o Madrid. Pero en el patio de butacas, en la arena de la plaza, el espectáculo era nuevo cada vez”, sostenía el fotógrafo.
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En la sala Rock-Ola. Madrid, 1982
La excepcionalidad de la fotografía de ese período es precisamente su aportación individual, reflejo de la diversidad de los mundos en los que se volcaron y de sus ricas personalidades
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Concierto de Cadena Perpetua en el Festival Lega-Rock. Leganés (Madrid), 1984
La exposición muestra esa mirada poliédrica de la Movida.
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El beso, 1980
Solo las insólitas circunstancias de aquella época desenvuelta pueden explicar la frescura y el riesgo de una jovencísima creadora, Ouka Leele, que se atrevió a experimentar con un lenguaje propio.
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Un domingo por la mañana, 1981
Las fotografías oníricas y llenas de artificio de Ouka Leele, pintadas con acuarela, son el resultado, según la autora, de ideas que lentamente han cobrado forma en su imaginación.
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Camerinos del Marquee. Concierto de Alaska y los Pegamoides, 1981
Pionero en España de distintos ámbitos fotográficos, el estudio de Pablo Pérez-Mínguez fue uno de los centros neurálgicos de la Movida, donde pasaron y se fotografiaron todos sus protagonistas.
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Fabio, agente secreto, 1982
La Movida se convirtió, ya en su momento, en un fenómeno enormemente publicitado y mitificado.
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Póster Rock-Ola: Alaska, Pedro y Fabio, 1983
Bajo el lema del "Todo vale", el resultado es una impactante imaginería gamberra de los personajes más relevantes de la época.
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Divina May, 1982
Este movimiento fue tachado de un exceso de narcisismo y frivolidad. Quizás por eso algunos han renegado en lugar de aproximarse desde una óptica distinta: la de la búsqueda de la libertad y la reivindicación.
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