Milán es la principal ciudad de la región de Lombardía. Un importante núcleo económico de Italia y la segunda ciudad por población del país, referente de la moda a nivel mundial y que atesora un bonito centro histórico repleto de muchos atractivos.
Uno de esos atractivos, en este caso artísticos, está situado en una céntrica zona de la ciudad. Se trata del Cementerio Monumental, inaugurado en 1866 y que ocupa una superficie de 250.000 metros cuadrados como resultado del proyecto del arquitecto Carlo Maciachini. Es uno de los dos cementerios más grandes de Milán, Italia, el otro es el Cimitero Maggiore. Destaca por la abundancia de tumbas y monumentos artísticos.
Inaugurado oficialmente en 1866, desde entonces se ha llenado con una larga muestra de esculturas clásicas y contemporáneas, así como templos griegos, impresionantes mausoleos, obeliscos elaborados y otras obras originales, como una versión reducida de la columna de Trajano.
Más que un cementerio tradicional se asemeja más a un museo al aire libre. Este camposanto rebosa bellas tumbas, depositadas desde el siglo XIX hasta la actualidad, con un alto valor artístico. Sus orígenes se remontan al siglo XIX, cuando salió a concurso la construcción de un cementerio en el centro de la ciudad para unificar los pequeños e insalubres que estaban repartidos por Milán.
La entrada principal se realiza a través del gran Famedio, un enorme edificio de estilo neomedieval hecho de mármol y piedra que contiene las tumbas de algunos de los ciudadanos más honrados de la ciudad.
Nada más entrar al recinto se aprecia que este no es un cementerio más. En su interior descansan las más importantes familias milanesas bajo bellos mausoleos. También, Ilustres personalidades de campos muy diversos como Alessandro Manzoni (poeta), Carlo Forlanini (médico) o Giuseppe Verdi (músico y compositor). Grandes esculturas, suntuosos obeliscos o la hermosa torre blanca con escenas grabadas de la vida de Jesús que corona la sepultura de la familia Bernocchi son alguno de los puntos de interés durante un paseo diurno por este lúgubre museo funerario.
Una mirada detenida merece el mausoleo de la familia Bruni, en forma de espectacular pirámide, o el de la familia Campari, en cuyo exterior pueden verse hermosas esculturas que representan la Última Cena.
El cementerio tiene dos entradas más, aparte de la principal, por una sencilla razón: cada una conduce a las tumbas de las diferentes religiones que están enterradas. Una de ellas conduce a las tumbas de los judíos. Un apartado fácil de reconocer y de diferenciar ya que las tumbas y mausoleos no son tan llamativos y la Estrella de David está muy presente en cada rincón. La otra entrada conduce a la parte de los agnósticos, que tienen allí su lugar de reposo.
Las diferentes partes del cementerio
El Famedio, es la entrada principal al cementerio, consiste en una construcción al estilo neo-medieval de mármol y ladrillos. Fue construido inicialmente para ser una iglesia, pero desde el 1870 se transformó en un lugar de sepultura para los italianos más famosos.
El Ossario, se encuentra en el centro de la vía central del cementerio, tiene en su interno los cuerpos más antiguos y allí se encuentra la tumba del último hijo de Mozart.
El Templo crematorio, se ubica al final de la vía central, aunque ya no está en uso. En el templo crematorio hay numerosas urnas y esculturas de científicos y médicos de la época que apoyaron la idea de la cremación.