Es la primera vez que se expone en España Las viejas o El Tiempo (1810-12) de Francisco de Goya, actualmente parte de la colección del Museo de Lille, en Francia. Es una de esas obras en las que el artista de Fuendetodos tradujo su mirada más crítica. No era un encargo y pudo ser libre. En ella, dos ancianas decrépitas y cadavéricas, vestidas de forma lujosa, se miran presumidas en un espejo en el que se puede leer: "¿Qué tal?". Detrás de ellas, Cronos se prepara para barrer a las mujeres y a su vanidad.
Se expone junto a su radiografía, unos trabajos que revelaron la existencia de una pintura soterrada. En la parte superior izquierda había una Resurrección de Cristo de una composición anterior, rodeada de pequeñas nubes en las que se vislumbran rostros o ánimas.
Los resultados que arrojaron esa prueba de Rayos X obsesionaron al alemán Sigmar Polke (1941-2010), que vio en Goya una fuente de inspiración, a pesar de trascurrir entre ambos dos siglos. Las ánimas conectaba con "su interés por lo mágico y lo paranormal" y le animó a experimentar nuevas búsquedas artísticas. Ese hallazgo reafirmaba su concepción de la pintura como "capas que sedimentan el tiempo y la memoria". Polke, como explicó su hija Anna Polke, pasó unas seis semanas en Madrid en la década de los 80 donde "visitó El Prado casi todos los días fascinado por Goya, siempre Goya".
Esa conexión entre ambos artistas es el hilo conductor de la nueva exposición temporal del Museo del Prado, Sigmar Polke. Afinidades desveladas, que "brinda la oportunidad de conocer la obra de uno de los artistas más influyentes del arte contemporáneo europeo, y de descubrir su fascinante diálogo con la tradición pictórica española".
La muestra reúne más de cuarenta piezas del artista alemán —entre pinturas, fotografías y dibujos— , dispuestos de manera conceptual, entrecruzándose con el uso de las diversas técnicas. Esta comisariada por Gloria Moure, doctora en Historia del Arte por la Universidad de Barcelona.
"A mi padre le conmovería saber que se muestran sus obras en el Museo del Prado junto a las de Goya", aseguró Anna Polke.