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Juan Manuel González

Crítica: 'Rock the Kasbah', con Bill Murray y Bruce Willis

¿Se acuerdan de 'Good Morning Vietnam'? Pues Barry Levinson, el mismo que la dirigió, parece que no demasiado.

¿Se acuerdan de 'Good Morning Vietnam'? Pues Barry Levinson, el mismo que la dirigió, parece que no demasiado.
Bill Murray en Rock de Kasbah | Sony Pictures
Póster Rock the Kasbah
Puntuación: 3 / 10

En algún momento de su vida, Bill Murray decidió dar un giro a su carrera que reflejase su pintoresco temperamento. Entonces, el protagonista de éxitos de taquilla como Cazafantasmas, Los fantasmas atacan al jefe o El pelotón chiflado comenzó a arrimar el ascua a profesionales del indie como Sofia Coppola o Wes Anderson, dando lugar a películas tan acertadas o estimulantes como Lost in Translation o El gran hotel Budapest, que se ganaron el favor de una crítica que parecía atribuirse el descubrimiento de las bondades del bufón triste... aunque también a otras muchas (muchas, muchísimas) tan olvidables o más como algunas de esas apuestas que reciben, con infinito y a menudo inmerecido desprecio, el apelativo de "comedias comerciales". Lo peor de ambos grupos, en todo caso, se refleja en la presente Rock the Kasbah, una película indefinida e indecisa en su apuesta entre lo extravangante y lo vistoso, que se pierde entre la fábula y la caricatura y finalmente en un mar de indiferencia.

Rock the Kasbah nos presenta uno de esos "very Murray character" en toda regla: Richie Lanz, un fracasado mánager de estrellas que durante una gira en Afganistán -y tras varios penosos acontecimientos- descubre a una joven de etnia pashtún con madera de estrella, dando comienzo a una huída de los familiares de la chica para presentarla en la versión afgana de Operación Triunfo. Suena bien, ¿verdad?

Pero lamentablemente, el director Barry Levinson, cuya carrera ha sufrido tantos vaivenes enloquecidos como la de Murray, ha realizado un filme fundamentalmente desapasionado. Jamás, durante el metraje de Rock the Kasbah, uno alcanza a entender si estamos ante una de esas comedias con madera de incomprendidas o simplemente una "feel-good movie" entrañable, extravagante y un punto irónica que trate de hacer sentir bien al personal. En todo caso, da igual, en tanto esta doble faceta nunca cristaliza en un relato que cautive al espectador, que aparte de la capacidad de Levinson para capturar imágenes interesantes de Afganistán y de la calidad que aportan Murray y un puñado de estrellas en papeles secundarios (incluyendo un cansadísimo Bruce Willis), cae en un prematuro pero absoluto aburrimiento. Rock the Kasbah es una de esas películas que habla de lazos entre personas y civilizaciones, pero que aparte de algún símbolo apropiado, como ese canje de balas por personas que se produce en algún momento, no crea ninguno entre sus personajes ni con el espectador.

Una pena, porque creo que esos gestos y algunos otros indican que Levinson sí sabía qué tipo de película tenía entre manos... sólo que no tenía ni guión ni ganas de lograrla. Triunfador en los Oscar con Rain Man y responsable de éxitos de taquilla como Good Morning Vietnam (un filme al que, creo yo, Rock the Kasbah le gustaría parecerse), el realizador no es en absoluto ningún inútil. Tras firmar algunos trabajos televisivos reseñables y otros tantos filmes personales o independientes de menor alcance (no falta siquiera uno de terror más o menos a la moda, como The Bay), el director amaga de manera indecisa con combinar la sátira política con el relato inspiracional, sin que el viaje interior de un hombre en tierra de nadie que Murray anhela representar ni la panorámica general del país que refleja en algunos pasajes resulte completa. Pero aún le queda chocar contra el peor de los muros: el surrealismo de la propuesta resulta fallido y los escasos gags jamás, jamás funcionan. Apenas un par de escenas de sufrimiento cómico no justifican el metraje de Rock the Kasbah, filme distanciado, apático y fuera de juego como pocos.

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