Aún con la resaca del estreno de El Bar de Álex de la Iglesia y la ceremonia de apertura, aburrida y un tanto larga, daba comienzo esta 20º edición del Festival de Málaga. Además de los rostros populares del cine español, la alfombra roja contó con la asistencia del ministro de cultura, Iñigo Méndez de Vigo, y el líder de C's, Albert Rivera, que está haciendo muestras públicas de apoyar al cine español.
Por la mañana se proyectaba Selfie, de Víctor García León, que hace un cine muy parecido en cuanto a contenido y forma a su colega y amigo Jonás Trueba. En honor a la verdad debo decir que me gusta más el cine de García León porque es más directo, sencillo, menos pedante y sobre todo menos pijo que el del hijo de Trueba. Y eso que en esta película García León tiene a un pijo precisamente como protagonista. Un joven que vive un poco al margen de todo amparado en el dinero de papá, un político al que encarcelan y bloquean las cuentas cortando el grifo a su hijo.
Desde ese momento vamos a asistir como si fuera un documental al vía crucis, eso sí un tanto ecléctico, de este hombre que durante toda la película va a estar filmado en primer plano y solo vamos a ver lo que él está viviendo en primera persona. Así vemos como su madre, amigos, compañeros de partido (PP)... le van dejando de lado y le conducen hasta una chica ciega y fiel activista de Podemos.
El pijo, estando al margen de todos ellos, va a descubrir las debilidades de estos jóvenes que tendrán muchos ideales pero que los practican poco. García León se ríe de todo y todos, incluido de sí mismo, por lo que no sólo no hace una película partidista sino una historia ácida y divertida que hará las delicias del público más joven sin despreciar al adulto, que no estaría mal que se acercara a este tipo de cine.
A continuación llegaba la coproducción entre Argentina y España, Nieve Negra, con Ricardo Darín y Leonardo Sbaraglia como protagonistas. Éste último ha sido el primer homenajeado del festival de los muchos que tiene el certamen. El actor argentino vive un gran momento, llegaba a Málaga directamente del rodaje de una serie de Cesc Gay para Movistar. Sbaraglia es muy popular en España porque ha trabajado fundamentalmente en nuestro país.
Nieve Negra es una película que ha tardado 6 años en gestarse. Su director, Martín Hodara, nos contaba en Es Cine que "era un proyecto largamente acariciado y que se ha hecho posible gracias al esfuerzo de todos", pero "fundamentalmente al de sus dos protagonistas y la participación de producción española". Una producción que ha aportado a una gran Laia Costa. Esta película con aires de western moderno nos cuenta la historia del encuentro entre dos hermanos que debido a un trágico suceso en su niñez han estado distanciados y están en l actualidad llenos de rencor. El espectador irá averiguando poco a poco lo que pasó y el ambiente en el que vivieron gracias a los ojos del personaje de Laia, que asiste atónita a lo que va descubriendo.
La película que se toma su tiempo con una narración muy particular hace que el espectador se meta de lleno desde el minuto uno en esta trágica y dolorosa historia gracias a su guion y en gran parte a la interpretación de dos grandes actores como Darín y Sbaraglia. Por cierto, Laia Costa hablaba de lo bien que había sido recibida, que "fue como ser la princesa de una fiesta" y que "pese a la dureza de la historia y del rodaje se lo pasó estupendamente gracias a las risas y camadería" de todos los integrantes del film.
Película totalmente recomendable que llegará en breve a los cines de toda España y que el aficionado al buen cine no debe perderse. Este domingo habrá tres nuevas películas a competición en la Sección Oficial donde Leonardo Sbaraglia volverá a ser el protagonista de una. Pero eso, es otra historia.
