Tonya Harding (Margot Robbie) dominó el hielo con un estilo de patinaje totalmente único. También dominó los titulares por algo completamente diferente.
Tras convertirse en un ídolo adolescente en los años ochenta, la actriz intentó desprenderse de esa fama de chica tímida y encantadora que le habían dado aquellos papeles. Un intento frustrado que, tras rechazar papeles tan importantes como Ghost o Pretty Woman, la llevó casi al olvido. Hoy recordamos el pasado (y el presente) de una de las grandes estrellas de los ochenta.