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Juan Manuel González

Crítica: 'Teen Titans Go! La Película', de DC y Warner

La película respeta el concepto de los Jóvenes Titanes originales y añade toneladas de parodia y psicodrama.

Ojo a Teen Titans Go!, verdadera bicoca no solo para el espectador infantil sino también para el fan del cine de superhéroes... y también el adulto distanciado de la cultura del evento fabricada a partir de los filmes de DC y Marvel.

Adaptación de una serie de televisión animada (presente en la plataforma Netflix) que a su vez funcionaba como remake en clave paródica de otra serie de dibujos del 2003, estamos ante el primer filme "oficial" de los héroes de la DC y Warner que hemos visto desde que se estrenase el comienzo del universo cinemático de la compañía con El Hombre de Acero (2013).

Teen Titans, con toda su histeria y paranoia cartoon, plantea un par de temas con letra clara que la aúpan como uno de los entretenimientos más carismáticos del verano. Mitad "spoof" de superhéroes (la primera parodia real del género, si consideramos Deadpool como una comedia negra de acción más que otra cosa) y mitad comentario social vestido de colorines, la película se las arregla para contentar a fans y espectadores casuales por igual en un lunático cartoon que hereda toda la locura de los personajes clásicos de la Warner, solo que convenientemente adaptados a la estética expresiva y colorista del ruso Tartakovsky.

Lo hace, como era de esperar en una película de dibujos, a una velocidad de órdago que impide cualquier tipo de excusa ética, de limitación argumental o estética. La necesidad de constante afirmación pública de Robin, que monta todo el Cristo por tener una película sobre él, habla de esa cultura del ego que se respira en las redes sociales y que sin duda van a respirar los más pequeños; la omnipresencia de películas de superhéroes entendidas como un producto cultural popular utilizado por multinacionales para copar el mercado (léase conquistar el mundo, que es lo que planea el villano); las plataformas digitales que potencian la histeria de una sociedad que necesita entretenimiento sin interpretación alguna... Se trata de consideraciones que no entorpecen el devenir de un cartoon chiflado, una "rave" infantil que tan pronto parodia a la Distinguida Competencia de Marvel como al título paradigmático de la Disney, El Rey León, en una verdadera fiesta cinematográfica que incluso le mete un codazo al concepto de "autor comercial" representado por directores como Snyder, Nolan o Bay.

El guión da mil vueltas y giros, pero sus infinitas digresiones en busca del gag o el número musical respetan unas directrices que la película marca de manera sincopada desde el comienzo. Teen Titans Go! gira alrededor de una línea recta y nunca deja de hacerlo mientras mezcla nostalgia de los 80 (su selección musical y guiños cinematográficos) y el psicodrama teen histérico que ya caracterizaba la maravillosa serie original. Hay tanta ironía y mala leche en el filme que casi desborda la calificación por edades y los cuatro párrafos destinados a describir esta excelente película de dibujos.... O, sin más: esta excelente película.

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