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Los Goya: mil y una reivindicaciones y ni una sola mención a Venezuela

El mundo del cine dejó pasar la oportunidad de apoyar la libertad y exigir el fin de la dictadura comunista de Venezuela.

El mundo del cine dejó pasar la oportunidad de apoyar la libertad y exigir el fin de la dictadura comunista de Venezuela.
Carles Bover Martínez (i) y Julio Pérez del Campo Goya al Mejor Cortometraje Documental por 'Gaza | EFE

La gala de los Premios Goya, como viene siendo habitual, se convirtió en un crisol de reivindicaciones. Hubo mensajes a favor de la mujer, la conciliación familiar y los refugiados, pero al mundo del cine se le olvidó una causa esencial. Nadie se acordó de mandar un mensaje de apoyo al pueblo venezolano o a Juan Guiadó. Nadie apostó por alzar la voz a favor de la libertad y la democracia. Nadie exigió el fin de la dictadura comunista de Maduro.

Uno de los momentos más polémicos sucedió cuando los directores de Gaza, ganadores del Goya al Mejor Cortometraje Documental, dedicaron su galardón al pueblo palestino. Pidieron al mundo de la cultura que se alzase contra los países que "vulneran sistemáticamente los derechos humanos". No se referían a la Venezuela que somete Maduro, no. Era un llamamiento para que Israel no formase parte de Eurovisión. "¡Viva la lucha del pueblo palestino!", concluyeron.

La Asociación de Mujeres Cineastas y Medios Audiovisuales (CIMA) repartieron 2.500 abanicos contra la violencia doméstica y por una mayor presencia de mujeres en el cine. De hecho, hubo dos lemas: #NIUNAMENOS y #MÁSMUJERES.

En este sentido, la actriz Eva Llorach, mejor actriz revelación por Quien te cantará, hizo "un Frances McDormand", como ella misma lo definió, y pidió a las actrices que se pusieran en pie: "Quiero pedirle a guionistas, creadoras, productoras y actrices que tenéis la posibilidad de impulsar proyectos que creemos historias con protagonistas femeninas, sobre todo en los años que nos volvemos invisibles; a partir de los 40 y los 50, los 60... seguimos existiendo".

Arantxa Echevarría, Goya a Mejor Dirección Novel por Carmen y Lola, dedicó su discurso a los intolerantes. "Querría dedicarle esta película, que es de amor, a todos aquellos que no permiten amar diferente, a aquellos que no son capaces de ponerse en la piel de la minoría y del distinto", dijo. "A aquellos que creen que no es necesaria una ley de violencia de género, aquellos que piensan que no se necesita apoyo del colectivo LGTBI. A los que piensan que el aborto no es parte de la sanidad pública. Aquellos que creen que el cambio de sexo no debería estar en la sanidad pública", continuó.

Roberto Fernández, Goya al Mejor Sonido, apeló a la conciliación "como reto para la sociedad" al recoger su premio. Jesús Vidal, ganador a Mejor actor revelación, protagonizó otro de los discursos más comentados, ésta vez, por su sensibilidad. Hizo un llamamiento a la "inclusión, diversidad y visibilidad".

No fue una reivindicación explícita, pero las redes sociales pronto empezaron a comentar el vestido que lució la presentadora Silvia Abril para despedir la gala. En realidad, apuntaban al color amarillo, del mismo tono que los lazos que portan los separatistas catalanes. ¿Casualidad? ¿Mensaje secreto? Cada uno que interprete.

Casi cuatro horas de gala y ni una sola mención a Venezuela.

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