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La película que hunde Leticia Dolera, pésima monologuista

Día de comedias en el Festival de Málaga, por un lado una argentino-española y por otra la de una debutante en la dirección.

Día de comedias en el Festival de Málaga, por un lado una argentino-española y por otra la de una debutante en la dirección.
Fotograma de la película | Qué te juegas

Estamos ante el penúltimo día de la Sección Oficial a Concurso del Festival de Cine en Español de Málaga y la cosa va de mal en peor. La película argentino-española Yo, mi mujer y mi mujer muerta no levanta cabeza desde principio a final a pesar de que tiene un protagonista de excepción como es Óscar Martínez.

Óscar es uno de los grandes actores del mundo hispanoparlante y aunque tenga toda las papeletas para conseguir el premio de interpretación, la película no está si a su altura ni a la de nadie. Te haces tantas preguntas al final de la película que como decía un compañero, ésta simplemente no se debería haber hecho.

La historia es la de un viudo argentino que va a descubrir casi accidentalmente al cumplir los deseos de su mujer fallecida que ésta no era feliz, que tenía depresiones y que llevaba una doble vida en su lugar de origen, España. Aquí tenía casa y amante. El film está dividido en tres partes y debería seguir los pasos de su protagonista mientras descubre los de su mujer fallecida. Sin embargo, nos deja totalmente descolocados porque lo que importa no se cuenta. En su camino se encontrará con los personajes interpretados por Carlos Areces e Ingrid García Jonsson, que tampoco aportarán gran cosa a la película a pesar de que a veces sea un soplo de aire fresco. Lo del personaje de Ingrid directamente ni lo entendemos.

Así las cosas, nos disponíamos a reír con una comedia pura y dura como es ¿Qué te juegas? de la directora debutante Inés de León. Aunque los actores hacen lo que pueden hay momentos en que te pierdes en la trama un tanto rocambolesca. Quizás la presencia de Leticia Dolera, una más vez insufrible, en ese personaje de monologuista que quiere ser graciosa y es patética, hace que la película pinche desde la presentación de la actriz y su personaje. Salvo al resto de intérpretes entre los que se encuentran Javier Rey, cada día mejor actor, y Amaia Salamanca, alejada cada vez más del perfil de princesa Disney para meterse en personajes de mayor enjundia.

La película para ser sinceros no deja de ser divertida y en algunos momentos levanta la carcajada del público, más por sus situaciones que por sus diálogos. Pero me temo muy mucho que esta será una de las películas que no permanezcan en el recuerdo de Málaga. El festival ha servido como preestreno ya que la cinta llegará a toda España el próximo fin de semana. Tenemos la esperanza de que el día de mañana mejore y nos depare alguna sorpresa de un festival que con 22 películas a competición y dos más fuera de concurso se ha convertido en ocasiones en una auténtica tortura.

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