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Castilla y León

El cine mongol que sólo entienden los mongoles

Mal día de festival con una película mongola y otra búlgara que no llegan a interesar, si al menos fueran comedias.

Mal día de festival con una película mongola y otra búlgara que no llegan a interesar, si al menos fueran comedias.
El huevo de dinosaurio | Caramel

Los festivales de cine como la Seminci sirven en muchas ocasiones para acercanos a filmografías a las que de otra manera no tenemos acceso fácilmente. Es el ejemplo de lo vivido este lunes en Valladolid con la película El huevo de dinosaurio (Öndög) procedente de Mongolia. Contar el argumento es difícil porque aparentemente no lo tiene, o al menos yo no se lo encuentro más allá de enseñarnos los paisajes, un tanto desolados, de la estepa mongola y la dureza de vivir en tan inhóspito sitio.

La película comienza de una forma interesante, la policía encuentra en medio de una llanura inmensa el cadáver desnudo de una mujer. ¡Qué interesante, un thriller mongol!, a ver por dónde nos lleva. Y hasta aquí el thriller, porque nos conduce directamente a un documental prácticamente. La policía llega con un todoterreno y el jefe decide dejar a un joven e inexperto agente toda la noche custodiando el cadáver. ¿Para qué? ¿Para que venga el juez? No, al día siguiente viene con otro coche y se llevan el cadáver. ¿Y por qué no se llevaron directamente el cadáver en el coche con el que llegaron? Costumbres mongolas, digo yo.

El caso es que a 100 km a la redonda no hay nadie salvo una pastora que vive sola en una cabaña y a la que encargan que acompañe al joven para que no muera de frío. Tal cual. Al día siguiente llegan y se llevan el cadáver para hacerle la autopsia, la única escena que merece la pena por lo surrealista que es. Entretanto vemos a la pastora a la que intuimos unos anhelos, intuimos porque los mongoles a costa de sufrir el frío se han vuelto inexpresivos. El guión, por cierto, cabe en una hoja de folio con doble espacio. Eso sí, ya les aviso que este tipo de película suelen ser premiadas en los festivales ya que hay críticos que se empeñan en ver cosas más allá de lo que han visto. Fábulas, supongo.

Pero el día no mejoró. A continuación pudimos ver la película búlgara El padre (Bashtata) en la que Pavel asiste al entierro de su madre y se verá inmerso en un viaje locura del padre obsesionado con hablar con un médium ya que, según él, su esposa desea ponerse en contacto. No ayuda a la locura del padre el hecho de que la vecina no pare de recibir llamadas de la difunta. Película surrealista en muchos momentos que hubiera podido funcionar muy bien en comedia pero no en drama como está contada.

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