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Crítica de 'The Beast', remake surcoreano de 'Asuntos Pendientes'

The Beast es un intenso thriller de corrupción policial y psicópatas.

The Beast es un intenso thriller de corrupción policial y psicópatas.
Una imagen de The Beast | Alfa Pictures

La volatilidad del antagonismo de los dos policías que protagonizan The Beast, thriller surcoreano estrenado a rebufo del éxito internacional de Parásitos, se refleja en la dinámica trama de este remake de la película francesa Asuntos Pendientes. Porque sí, lo de adaptar es un camino que se transita en dos sentidos. La película del debutante Jeong-ho Lee se esfuerza y potencia algo que ya estaba en el original que protagonizaron Auteil y Deperdieu: una negrura y violencia compatible con el repaso a todos los recursos del thriller genérico, aunque lo hace "a la maniera" coreana.

La aquí presente tiene una desventaja: tratando de compatibilizar ese respeto al género con lo imprevisible, y en ese legítimo intento de operar a su manera, The Beast da la impresión de salirse de los raíles por pura acumulación, de no encontrar del todo su sitio. La caza de un asesino en serie de chicas jóvenes deriva en un asunto de corrupción policial, puntuado por la rivalidad constante de los policías encargados del caso Han-soo (Lee Sung-min) y Min-tae (Yoo Jae-myung), y más tarde retorna al sendero inicial para un desenlace violento y más bien poco complaciente. The Beast se expande de una manera novelesca (polar francés, thriller surcoreano) y se desgaja en líneas de acción paralelas poco verosímiles, aunque lo verosímil no es precisamente el objetivo primario aquí.

No hay que negar la habilidad y potencia de The Beast, película que comienza con el pedal de gas pisado desde el primer minuto. Es admirable el ritmo que imprime el director a través de un sincopado montaje y una banda sonora gutural y constante, que encabalga secuencias y escenas con cierto aliento "nolanesco" en una historia que en veinte minutos ha contado lo que otras extienden el triple. La sensación de cuenta atrás, de olla a punto de explotar, es constante, aunque el entusiasmo se va diluyendo según avanza por, precisamente, exceso de intensidad y duración: es agotadora.

No obstante, la labor convincente de los dos actores levanta una película puntuada por dos "set-pieces" excelentes, la pelea a machetazos en plena operación policial y esa escena (un punto humorística) en la sala de autopsias, todo un "tour de force" de la película consigo misma.

The Beast se estrena en cines el 24 de julio.

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