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Crítica de 'Ane', de David Pérez Sañudo: mi hija es una "kale borroka"

Ane, estrenada en cines, es un buen drama social vasco estructurado como un thriller.

Ane, estrenada en cines, es un buen drama social vasco estructurado como un thriller.
Una imagen de Ane. | Mad Avenue

Tras un paso triunfal por San Sebastián (Mejor Película Vasca y Guión Vasco), Ane se estrena en un buen puñado de cines de España. Se trata de un drama familiar sobre la desaparición de la joven que da título al filme y la búsqueda desesperada por parte de su madre. También es la demostración de la capacidad de su director, David Pérez Sañudo, de estructurar un relato en base a reiteraciones y preguntas obsesivas con personajes incómodos pero, al final, bastante carismáticos.

Ane acierta a la hora de presentar como un thriller un relato de tensiones familiares, e, incluso como una película de ese género, aportar un giro a los acontecimientos pasado justo la mitad de su metraje. El goteo de información y la gradación de la misma, así como que gran parte del relato funcione como una búsqueda, la que emprende Lide de su hija Ane, captura al espectador con una cierta clase intensidad que gracias a la habilidad de Sañudo no perjudica la autenticidad de su atmósfera ni la primacía de los sentimientos. La gran virtud de la película es, en realidad, su tremenda facilidad para pasar de lo concreto, íntimo y cotidiano a lo universal, presentando a un personaje arquetípico pero tremendamente particular. La Lide interpretada por Patricia López Arnaiz, atrapada en una complicada encrucijada (es la guardia de seguridad de una obra odiada por su barrio y por ella misma) es una heroína imperfecta, definitivamente huraña, hostil y, por qué no, antipática, y aún así su conflicto acaba resonando en el espectador según avanzan los minutos.

El retrato de una Vitoria convulsionada por la tensión social resulta veraz, sin que Pérez Sañudo caiga en la tentación de politizar el filme. Pero Ane no es una medianía sino, al contrario de lo que podría esperarse, una película que refleja todo el peso del contexto social en la vida privada de sus personajes. Tanto de la existencia de una fuerza externa (e imperfecta) que origina cambios, como el de un pueblo hostil que se resiste a aceptarlos; el de una generación madura que ha fracasado y el de una más joven que parece que quiere abocarse a sí misma (y no por falta de oportunidades) a repetir la violencia. La mirada del director es humana, pero también certera y afilada, admite varios puntos de vista sobre los dos sentidos necesarios para configurar una identidad y la comunicación, pero también resulta determinante: Sañudo no hace compartimentos estancos pero traza una línea clara sobre el uso de la violencia y lo hace demostrando, por cierto, una notable fuerza en la puesta en escena que iguala el conocimiento de la idiosincrasia de un barrio popular de Vitoria: el uso de ciertas reiteraciones, la creación de una geografía del barrio bien clara en cuatro pinceladas e incluso también la utilización discreta del plano secuencia y el travelling así lo demuestran.

En el fondo y pese a su realismo, la película se sostiene sobre una metáfora altamente poética. El recurso a la construcción de un tren de alta velocidad que provoca una serie de desalojos en un barrio popular de Vitoria (al fin y al cabo, un medio de comunicación con el exterior), así como la falta de entendimiento de Lide y Ane, parece, en el fondo, la alegoría de una sociedad que se resiste a aceptar el cambio y que ha fracasado a la hora de entenderse y hacerse entender. La definición de este film poliédrico está, sin embargo, abierta a miradas e interpretaciones, lo mismo que habrá quien vea un drama sobre una madre coraje y quien aprehenda más bien los estertores de cierto conflicto terrorista disfrazado de causa social (y/o viceversa). De ese modo, y coincidiendo con el estreno de Patria, Ane podría erigirse como una de esas obras penetrantes capaces de fotografiar momentos, realidades y estados de ánimo, solo que sin la etiqueta de un ultra promocionado best-seller.

Ane puede verse en cines desde el 16 de octubre.

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