¿Qué sería del concepto de trilogía sin El Padrino III? Puede que la tercera entrega de la saga Corleone, estrenada originalmente en 1990, sea comúnmente recordada como la peor de las tres. Pero también fue en sí misma una película con suficiente peso específico como para sellar esa impresión de que no hay dos sin tres, de que junto a los Star Wars del compañero de generación de Coppola, George Lucas, El Padrino es todavía hoy la trilogía fílmica por excelencia. Así que algún mérito tendrá...
El Padrino III ha vuelto a los cines en un estreno limitado con el título El padrino, epílogo: La muerte de Michael Corleone con motivo de su 30 aniversario. También ha sido lanzada en Blu-Ray, en un disco con excelente imagen (y una fuente de letras para los subtítulos de la V.O. verdaderamente preciosa), una introducción de Francis Ford Coppola y la constatación de que puede que sea peor que las otras dos, pero, modificada o no, sigue siendo una película muy buena.
Coppola, amigo como Lucas de repasar, reeditar y reestrenar sus propios títulos (de reciente estreno está la igualmente excelente Apocalipse Now Redux) presenta una película algo más corta, con ciertos cambios en el montaje de sus escenas... así como un nuevo principio (excelente) y final (editado de manera un tanto pobre, pero que sirve sin embargo para afianzar una posible cuarta entrega de El Padrino).
La película persigue los intentos de purificación y absolución de Michael Corleone, que asciende en la escala de los negocios "limpios" solo para constatar junto al espectador que 1) los mecanismos de poder son los mismos en la política que en el crimen, y 2) que todo está destinado a repetirse aunque no sea lo mismo. Sus intentos denodados de ser civilizado, su renovada voluntad filantrópica, no evitan un destino que parece estar sellado por el mismísimo Dios, o lo que es lo mismo, Coppola.
Al Pacino refleja la tragedia de un hombre atormentado que es, a la vez, un villano reticente y un antihéroe villanesco atrapado en un mundo que no le da escapatoria ("cuanto más asciendo más corrupto está todo") sin caer en la caricatura. Y Coppola lo maneja con paciencia, rematando algunas escenas que merecerían un mayor recuerdo (ahí está el acribillado desde el helicóptero de la junta) y otras de indudable romanticismo (la visita con Kay, Diane Keaton, a Sicilia) y potenciando el nombre de Mario Puzo, autor del texto original, incluso antes que el título.
Lo que será recordado de esta nueva El Padrino 3, además de brillante y venenosa subtrama de la Banca Vaticana, es la interpretación mediocre de Sophia Coppola, a quien su padre subió al barco tras la marcha apresurada de Winona Ryder. En honor de la futura directora de Lost in Translation, su presencia tampoco lastra excesivamente los resultados y, al menos, el destino final de su personaje en este reestreno (culminando la excelente secuencia de la ópera) sigue siendo exactamente el mismo.
Puede que, efectivamente, El Padrino III. Epílogo. La muerte de Michael Corleone gane un punto y recorte algo de distancia respecto a sus precedentes. Pero lo importante es el nuevo final, una idea pobremente ejecutada pero que abre un interesante abanico de posibilidades para Pacino, Coppola y su estudio, Paramount. Les dejamos con la intriga...
El nuevo montaje de El Padrino III está en cines y en Blu-Ray desde el 11 de diciembre.