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Crítica: 'Expediente Warren. Obligado por el Demonio', con Patrick Wilson y Vera Farmiga

Expediente Warren salva los trastos en una entrega inferior pero más que suficiente.

Expediente Warren salva los trastos en una entrega inferior pero más que suficiente.
Expediente Warren 3 | Warner Bros

Lo de Expediente Warren ya ha cobrado la forma, y esto no es para nada malo, de un serial romántico. Y eso que esta tercera secuela de The Conjuring, la saga troncal sobre los investigadores paranormales Ed y Lorraine Warren que ha dado lugar a spin-offs como la saga Annabelle, La Monja o La Llorona, manifiesta ya algunos síntomas de agotamiento. Afortunadamente y pese a la ausencia de James Wan, su brillante director especializado en espectáculos circenses de terror, la dirección de Michael Chaves resulta decente sin más, poniendo énfasis en algunos aspectos nuevos que convierten a esta Obligado por el Demonio en, por así decirlo, la entrega más "policiaca" de la saga. Que, sobre todo, se vale de su pareja protagonista, Patrick Wilson y Vera Farmiga, interpretando a dos de los personajes más entrañables y completos del cine de terror comercial reciente.

Podemos, por tanto, ver el vaso medio lleno o medio vacío. Obligado por el Demonio, basada en el caso "real" de Arne Cheyenne Johnson, acusado de asesinato en 1981 y que argumentó en su defensa una posesión demoniaca, es un filme manipulador en lo bueno y en lo malo. La película hace la transición del clásico formato de "casa encantada" de los Warren a la resolución de un caso policial con elegancia, en un prólogo aceptable y climático que luego se contorsiona —como el niño poseído— hacia un nuevo subgénero, más abierto y procedimental. Pero por el camino hace algún que otro sacrificio (no solo humano).

Si la primera fue una energética revisión de la clásica película de casa encantada y la segunda, El caso Enfield, aportó una sorprendente y sentida faceta romántica (sostenida a ritmo de Elvis Presley por dos maravillosos actores como Patrick Wilson y Vera Farmiga, que aquí vuelven a estar fenomenal) esta tercera sabe más a intriga, a "caso". Se pierden y se ganan cosas por el camino: por un lado, no existe ya el anclaje emocional a una familia acosada sino el intento de exculpación a un hombre que ha matado a otro, una cuestión moral que la película evade casi sin preguntarnos el porqué (a estas alturas del cuento ya nadie obvia que en el universo Warren el Diablo existe, y punto). Esta, por tanto, no es "esa" película ambigua sobre el origen del Mal que muchos desearían.

El segundo factor es la citada ausencia de Wan tras las cámaras, que ha cedido las riendas a su alumno Michael Chaves. No estamos, afortunadamente, ante una calamidad olvidada como La Llorona, su debut como director en la franquicia, sino ante una digna entrada en la saga gracias a un guión que trata de hacer sus requiebros y que hace contención de daños basculando el puro terror Wan, resuelto aquí en escenas meramente funcionales aunque con hallazgos pasajeros, hacia otros elementos.

Obligado por el Demonio es, por tanto, una película de Expediente Warren donde existe de manera mucho más clara la noción de "resolución" de un misterio, de un culpable, obviando de paso el recurso fácil de la nostalgia ochentera y el imitar la gran película de casas encantadas de esos años, la mítica Poltergeist del dúo Hooper/Spielberg (Chaves prefiere guiñar el ojo sin disimulo a El Exorcista, sobre todo en el citado prólogo) y sobre todo, a The Ring, que tanto en versión Nakata como Verbinski aportó renovada salud al género hace ya algunos años. No le sale mal. La ocasional torpeza en las transiciones argumentales de Chaves y las trampas del guión quedan sobradamente compensadas por la actuación de Farmiga y Wilson y lo entretenido de la peripecia, y al final, Expediente Warren no queda particularmente maltrecha de cara a la, posiblemente, siguiente entrega con este matrimonio todavía más maduro. Más que suficiente.

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