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Juan Manuel González

Crítica: 'Infinite', el thriller con Mark Wahlberg que sale directamente en Amazon Prime

Infinite es un thriller de ciencia ficción y acción que ha estrenado Amazon en su plataforma de streaming.

Infinite es un thriller de ciencia ficción y acción que ha estrenado Amazon en su plataforma de streaming.
Wahlberg en Infinite | Amazon

Infinite demuestra la infinita capacidad de su director, Antoine Fuqua (Training Day, Los Siete Magníficos) para rodar acción. También la escasa ambición de un guión que mete en la batidora demasiadas cosas en demasiado poco tiempo, y que afortunadamente el realizador tampoco se toma demasiado en serio. Evidentemente, no se ha querido dar a la amalgama la densidad de Matrix y el resultado se parece más a una serie B de Paul W.S. Anderson (Resident Evil) con un presupuesto de clase A que un filme del propio Fuqua.

Infinite no sale en cines, pese a que fue fabricada para ello, sino directamente en el streaming de Paramount+ y, en España, de la plataforma Amazon Prime, sin coste adicional (ni tampoco promoción de ninguna clase por parte de la empresa). Signo de los tiempos post-pandémicos y en perpetua transición tecnológica en que vivimos, que han dinamitado la distribución cinematográfica tal y como la conocíamos. Veremos en qué resulta todo esto.

Infinite, un tótum revolútum imposible de reencarnados en guerra civil, sitúa a Mark Wahlberg como un esquizofrénico que averigua que sus alucinaciones y sueños son reales: es un guerrero reencarnado en perpetuo combate con un gran enemigo. La película acaba siendo una versión de Los Inmortales (aunque mencionar las novelas y la serie Altered Carbon tampoco estaría mal) en clave de videojuego de fondo de catálogo para la PS5 en el que no, ni siquiera faltan las luchas a espada.

Resulta imposible, sin embargo, tirar a la papelera de reciclaje Infinite, sobre todo si tenemos en cuenta que el talento de Fuqua para la acción es (y aquí se confirma una vez más) efectivamente infinito. El realizador parece haber tomado el guión, basado en el volumen de Eric Maikrand The Reincarnationist Papers, como una oportunidad para ensayar acción clásica (la formidable persecución en Ferrari del comienzo) y otra más digital; para jugar a James Bond y a Matrix a un tiempo. El sentido del humor que inyecta a la película (el malo interpretado por Chiwetel Ejiofor no deja de ser un "hater" de internet, como lo demuestra su delirante escena con Toby Jones) también resulta voluntarioso, como también su intención explícita de extirpar todo asomo de solemnidad religiosa a la historia.

Resulta imposible, eso sí, salvar un guión que parece escrito por un niño de ocho años con la misma esquizofrenia que el personaje de Mark Wahlberg. La película fracasa a la hora de crear una mitología demasiado compleja en demasiado poco tiempo, y desde luego de los personajes ya ni hablamos. Que les compense el entretenimiento de la brutal acción del filme y clara decisión de no tomarse en serio a sí mismo ya es decisión de cada uno.

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