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Juan Manuel González

Crítica: 'Agentes 355', con Jessica Chastain, Diane Kruger y Penélope Cruz

Agentes 355 es, en sus mejores momentos, una correcta película de acción. Pero son los menos.

Agentes 355 es, en sus mejores momentos, una correcta película de acción. Pero son los menos.
Agentes 355. | Diamond Films

En el 2004 se estrenó El mito de Bourne, segunda parte del agente sin memoria interpretado por Matt Damon para la cual se convocó al director británico Paul Greengrass, que aplicó un estilo pseudodocumental al blockbuster americano post-11-S. En 2006 lo hizo Casino Royale, primera película de Daniel Craig como James Bond y un verdadero recital clásico y contundente de su realizador, Martin Campbell, potenciando el componente serializado de la saga y proponiendo un arco narrativo que acaba de culminarse con la reciente Sin tiempo para morir. En 2022 se estrena Agentes 355, película de espías destinada a aprovechar el insaciable "wokismo" a la moda (las protagonistas son cinco mujeres, todo un hallazgo, por lo visto) y destinada a…. bueno, destinada a ser olvidada desde el mismo momento de su estreno.

Agentes 355 no es, digámoslo ya, el desastre absoluto con el que se ha calificado a la película en tierras estadounidenses. Ni siquiera es una mala película. El filme se consume más o menos cómodamente pese a la pobreza de algunos interludios dramáticos y a que sus escenas de acción, salvo esos cuerpo a cuerpo heredados de la saga John Wick, tampoco brillan de manera destacable. El poner a cinco chicas no es ni una idea nueva ni tampoco una mala, y quitando un epílogo un tanto vergonzante, lo cierto es que la película de Simon Kinberg tampoco da la plasta con una idea que, por si no quedaba claro, ya se había intentado antes. Pero, lamentablemente, sí es una película que da la impresión de llegar diez años tarde y hacerlo con mucha menos garra e intensidad que sus principales referentes.

De alguna manera, Agentes 355 pone todas las cartas sobre la mesa en su desangelado comienzo en Colombia, un prólogo no particularmente estruendoso ni elegante que ya delata las limitaciones como director de Simon Kinberg, guionista de Sr. y Sra. Smith y gran parte del corpus de películas de X-Men de la finiquitada Fox. Kinberg es incapaz ya aquí de decidirse por el estilo de Bourne, si apostar por el devenir de una entrega de Misión Imposible o la citada elegancia de James Bond, delegando todo el carisma en un reparto de buenas actrices y también en Sebastian Stan, cuya cara de cansado va pareja a los ceros de su cheque.

Esa desangelada corrección, el gran colchón de seguridad de la película, es, quizá, lo peor de todo el evento, revelando que el guionista y productor británico debería haberse conformado con estar tras las cámaras. El tono un tanto indiferente que imprime al relato resulta irregular, ni grave ni ligero, en tanto conviven ciertos episodios violentos con otros humorísticos o tiernos que uno no sabe cómo encuadrar. Comparar esto con la labor de otro inglés, Matthew Vaughn, en la muy reciente The Kings Man, película con la que admite algún paralelismo, ya da la medida de las cosas.

Es evidente que Chastain, Nyong’o, Cruz y Kruger (esta última la mejor, por cierto, de todo el elenco) entregan lo que se les pide, que a menudo es su mera presencia, y lo hacen sin problemas y oficio. El gran defecto de Agentes 355 no es ser una película genérica, sino ser una sin gracia, contada y empaquetada sin especial inspiración, como en la primera escena en la que las cuatro actrices se encuentran por primera vez en una habitación de hotel, filmada sin misterio o intensidad alguna.

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