Es una pena tener que empezar esta crónica sobre la entrega de los premios cinematográficos más importantes y vistos del mundo con el incidente de Will Smith, un auténtico violento, frente a Chris Rock por un chiste que hacia el rapado de pelo de su mujer, enferma de alopecia. el incidente ha oscurecido todo y posiblemente sea de lo único que se hable de esta entrega, que no pasará a la historia por ser la más ecuánime a la hora de entregar sus premios.
Empezamos por la gran ganadora, CODA, que se ha llevado tres Oscar totalmente inmerecidos. Ni se merecía el de Mejor Actor de Reparto, Troy Kotsur, al que parece que se lo han dado por ser sordo en la vida real; ni el de Mejor Película, siendo ésta la menos vista por el público en los 94 años de existencia de los Oscar pasando totalmente desapercibida tanto en las salas de los países en los que se ha estrenado como en Apple TV; y muchísimo menos el de Mejor Guion Adaptado, eso ya es el colmo.
CODA es una película sobre una adolescente que es la única que puede oír en su familia. El conflicto empieza cuando se apunta a un coro. La película es un remake de la francesa La familia Bélier, infinitamente superior a esta nueva versión y que sí fue un éxito en toda Europa. El de Mejor Guion Original lo ha ganado, merecidamente, Kenneth Branagh por Belfast, donde narra su infancia en la ciudad irlandesa.
Otra incongruencia de la noche ha sido de nuevo el castigo a Netflix dándole sólo un Oscar a la Mejor Dirección a Jane Campion por El poder del perro, una de las merecedoras de haber ganado la noche.
La Academia no puede mirar hacia otro lado cuando se habla de Netflix, recordemos que como productora es una de las que más está invirtiendo en cine y no pueden castigarla simplemente por ser una plataforma. Castigo que se viene repitiendo en los últimos años. La Academia debe abrir los ojos ante lo que está pasando en el día a día y asumir los cambios que la sociedad está imponiendo.
Javier y Penélope se quedan sin Oscar
Pocas sorpresas en el resto de premios. Es el caso de el de Mejor Actriz para la gran Jessica Chastain por una película regular como es Los ojos de Tammy Faye sobre una famosa telepredicadora norteamericana. El impresentable y violento Will Smith se llevaba el premio más cantado de la noche, el de Mejor Actor por El método Williams, donde da vida al padre de las tenistas Serena y Venus Williams.
Will Smith hacía un discurso grandilocuente, engañoso y cruel por, entre otras cosas, decir que "por amor se justifica todo tipo de actos" en lugar de pedir perdón, que es lo que tenía que haber hecho. Sólo espero que la Academia le obligue a pedir disculpas o tome medidas como ha hecho anteriormente por casos mucho menos graves que los de este señor, por llamarlo de alguna forma.
Los premios de interpretación los cierra Ariana DeBose por West Side Story, de Steven Spielberg, que como todos preveíamos iba a ser una de las perdedoras de la noche. Solo este premio ha evitado que se vaya de vacío. Ariana DeBose ha ganado como Mejor Actriz de Reparto por su interpretación de Anita. Curiosamente en 1961 Rita Moreno conseguía el mismo Oscar por el mismo personaje, una Rita Moreno que estaba sentada a su lado.
No podemos dejar de lado a la gran ganadora de la noche en cuanto al número de estatuillas, Dune, con 6. Eso sí casi todos técnicos. La noche ha tenido ha sabor agradable para España ya que, aunque Javier Bardem, Penélope Cruz y Alberto Iglesias no se hayan llevado la estatuilla, sí lo ha hecho nuestro compatriota Alberto Mielgo por el corto de animación El limpiaparabrisas.
En el apartado de animación, la Academia sigue una vez más sin arriesgarse y ha vuelto a premiar a Disney con Encanto, no siendo la mejor ni de lejos, como la popular Los Mitchel contra las máquinas de Netflix, o la animación adulta de Flee.
Acabo con dos momentos emocionantes, uno de ellos doloroso como la aparición de Liza Minnelli en silla de ruedas junto a Lady Gaga, que ha tenido que reconducir la entrega del premio de Mejor Película ya que la Minnelli se ha convertido en una sombra de lo que fue. El otro ha sido ver en pantalla a tres grandes del cine como Francis Ford Coppola, Al Pacino y Robert de Niro recordando los 50 años de El Padrino. Eso sí era cine, y eso sí era un Oscar merecido.