¿Qué hay detrás del escrupuloso proceso que lleva a un equipo NBA a apostar por un jugador para su proyecto? ¿Cuál es el nivel de exigencia psicológica que debe afrontar un participante en la mejor liga del mundo de la canasta? ¿Qué equilibrios de poder se cuecen entre bambalinas en las franquicias estadounidenses?
Estas son algunas preguntas sobre las que los espectadores que vean Hustle (Garra, en su traducción española) a partir de este viernes 3 de junio en cines, desde el próximo miércoles 8 en la plataforma Netflix, podrán hacerse una composición de lugar para conocer parte del funcionamiento de la competición americana. La cinta, coproducida por Adam Sandler y Lebron James y dirigida por Jeremiah Zagar, supone el debut cinematográfico del jugador español Juancho Hernangómez, campeón del mundo con España en China en 2019 y actualmente miembro de los Utah Jazz. El ala-pívot madrileño encarna en la película a ‘Bo’ Cruz, un talentoso jugador de baloncesto callejero con un pasado turbulento, y comparte reparto con el propio Adam Sandler y otros actores reconocidos como Queen Latifah, Ben Foster o Maria Botto, además de multitud de personajes vinculados a la NBA y al baloncesto en general que aparecen en cameos, mayoritariamente interpretándose a sí mismos. Nombres como Shaquille O’Neal, Julius Erving -el mítico ‘Doctor J’-, Luka Doncic, Sergio Scariolo, José Manuel Calderón o Mark Cuban, el poderoso dueño de los Dallas Mavericks, son algunos de los que actúan a lo largo de las casi dos horas de metraje.
Hustle recuerda en cierto modo a la célebre ‘Una tribu en la cancha’, dirigida por Paul Michael Glaser en 1994 con Kevin Bacon en el papel protagonista. Sin embargo, la nueva cinta de Netflix da una aproximación mucho más realista al mundo NBA. Lo que en el reclutamiento de Saleh es poco menos que ciencia ficción y mucha comedia, en el caso de ‘Bo’ Cruz sí permite conocer algunas de las interioridades del proceso a través del que un joven talento da el salto a la competición estadounidense o se queda en el camino de una eterna promesa. Empero, los paralelismos existen: los personajes interpretados por Bacon y Sandler necesitan reforzar su posición y terminan haciéndolo con un hallazgo totalmente inesperado lejos de Estados Unidos que termina por cambiar la vida de ambos jugadores y de ellos mismos. En Hustle, Sandler encarna a Stanley Sugerman, un ojeador de los Philadelphia 76ers frustrado de viajar por el mundo buscando talento, lo que le hace estar lejos de su familia, y con aspiraciones a encontrar un puesto estable como entrenador ayudante en el equipo de la ciudad del amor fraterno. El fortuito encuentro con ‘Bo’ Cruz le llevará a tomar una de las decisiones más arriesgadas de su carrera profesional... y de su vida personal.
Cabe destacar que en la nueva película de Netflix el trato por el baloncesto se hace desde la óptica del profesionalismo. Hay poco de artificioso en los entrenamientos o partidos que se cuentan, en la exigencia de los mismos y en la observación de cada detalle por la actitud de los jugadores, tanto en la cancha como en la vida. Desde la a priori reprochable actitud del ambicioso y desagradable ‘villano’, amante del trash-talking (lenguaje basura), que encarna el jugador de los Minnesota Timberwolves Anthony Edwards hasta las dudas emocionales y de muchos otros tipos por las que atraviesa ‘Bo’ Cruz.
Hustle es la vida real en la NBA, con su opulencia desde luego, pero con toda su crudeza a veces. Competitividad descarnada. Se nota la mano de LeBron James y de Adam Sandler, gran aficionado al baloncesto.