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Juan Manuel González

Crítica: 'Mr Wain', con Benedict Cumberbatch y Claire Foy

Benedict Cumberbatch brilla de nuevo en este biopic del famoso pintor de gatos de la Inglaterra victoriana.

Benedict Cumberbatch brilla de nuevo en este biopic del famoso pintor de gatos de la Inglaterra victoriana.
Mr Wain. | A Contracorriente Films

Mr. Wain es una de esas películas que requieren un razonable ejercicio de preparación previa. No sobre la vida de Louis Wain, el genio popular de la Inglaterra victoriana famoso por sus pinturas de gatos, sino sobre los múltiples peligros que nos plantea su ADN cinematográfico.

Sobre el papel, la película de Will Sharpe es un biopic británico con un personaje conflictivo y psicológicamente alterado, lo cual garantiza una inevitable dosis de corrección narrativa (entendida como falta de riesgo) así como de lamento melodramático, de explotación del patetismo del personaje. Mr Wain es, además, un formidable campo de juego para un actor relevante, Benedict Cumberbatch, despliegue un amplio abanico de gestos y acapare cuanta más atención posible en torno a sus inapelables capacidades como actor.

Sharpe no evita esos males pero sí aporta grandes remedios a ese síndrome de Una mente maravillosa, consiguiendo que Mr. Wain acabe resultando realmente bien. La estética de cuento de hadas a lo Wes Anderson, con un determinado uso de la cámara y el diseño de producción, ofrecen la ilusión de estar ante un espectáculo cinematográfico y no televisivo, amortizando gran parte de la atención de un relato absolutamente dramático que insiste en presentarse (con éxito) como comedia romántica y extravagante. La película evita así su condición de relato de "grandes vidas" aportando un cierto sentido de la ironía, comprendiendo perfectamente la cualidades del arte popular como espejo de una sociedad incapaz de amar.

Resulta trágico comprobar -y uno de los aspectos más interesantes de la película, para quien quiera observarlo- cómo la pintura de Wain adopta propiedades cada vez más abstractas y depuradas según el hombre se sumerge en el dolor y la esquizofrenia, otorgando a su investigación resultados mágicos y una creciente -y paradójica- credibilidad una vez éste se encierra en sí mismo, adquiriendo una comprensión profunda de la que carecen sus coetáneos cuando presuntamente ya no hay marcha atrás. La película lo observa con encanto y cariño, con una cercanía que captura.

Cumberbatch, por supuesto, está de fábula y es capaz de reflejar la emotiva locura del personaje. El director y guionista evita así el lagrimeo fácil y se sirve del modelo de "genio extravagante" y "tonto mágico" según lo va necesitando, mostrándose tremendamente crítico con una sociedad incapaz de comprenderse en una película que, en ese tránsito que hace del biopic histórico al fantástico, efectivamente resulta conmovedora.

Mr. Wain se estrena en cines de España el jueves 9 de junio.

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