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Crítica: 'El padre de la novia' (HBO Max), con Andy García y Gloria Estefan

Andy García se convierte en lo mejor de la nueva versión de El Padre de la novia.

Andy García se convierte en lo mejor de la nueva versión de El Padre de la novia.
Andy Garcia en El padre de la novia. | HBO Max

Tras las versiones protagonizadas por Spencer Tracy y Steve Martin (ambas inspiradas en una novela homónima de 1949) cabe preguntarse por la utilidad o necesidad de una nueva versión de El Padre de la Novia.

Aparte de la inevitable cuestión de la inclusividad (la película producida por Plan B, la empresa de Brad Pitt, tiene un elenco eminentemente latino) y de que en estos tiempos mejor un buen titular que una buena película, simplemente les pasamos un dato: la protagonizada por Andy García y Gloria Estefan se ha convertido en el mayor estreno de HBO Max solo unos días después de su estreno exclusivo en la plataforma, el pasado 16 de junio.

Evidentemente este lunes seguramente algunas botellas de champán se abrieron en las oficinas Warner, donde -intuimos- se habrá hablado de la más que probable secuela y del buen recibimiento del filme en países latinos, que tienen todo el derecho del mundo a disfrutar de la misma historia con actores más familiares.

Pocas veces se ha visto, eso sí, una película tan orgullosa de no incorporar novedad alguna como la de Gary Alazraki. El Padre de la Novia toma sin rubor el modelo de Crazy Rich Asians, otra comedia con los arquetipos de siempre pero protagonizada por asiáticos, para entregar un amable film familiar apoyado exclusivamente en los actores, con unos planos sobreiluminados donde no hay sombra alguna (la acción tiene lugar en Miami), y en la promesa que, efectivamente, todo va a acabar bien.

Hay un par de cosas que la película, a menudo confunde el clasicismo americano con el desánimo, que sí que funcionan extremadamente bien. Por un lado concentra la previsible crítica a la desconfianza racial entre distintos modelos latinos, en este caso una familia cubana y otra mexicana, añadiendo un matiz de riqueza real a la evidente apuesta por la multiculturalidad (y que contribuye a que el filme se aleje del tópico en asunto más previsible y espinoso). La segunda, los actores, sobre todo un Andy García feliz absolutamente de recuperar el protagonismo perdido y ejerciendo el liderazgo con carisma y autoridad, componiendo un personaje en crisis de madurez que el forzado molde de la película no permite aflorar más de lo debido. Una cosa más: se hace necesario ver El padre de la novia en versión original para apreciar los continuos cambios de acento e idioma de los protagonistas, incluyendo el suyo, algo que realmente mejora la experiencia y da un leve atisbo de sentido y relevancia cultural real al largometraje.

En conjunto, El Padre de la Novia es un agradable, pero absolutamente convencional y olvidable regreso a la comedia clásica americana, esta vez multicultural y en streaming, que al menos demuestra aquí su validez entre blockbusters cinematográficos. Es exactamente lo que esta producción pretendía, y nada más.

El padre de la novia está disponible exclusivamente en HBO Max.

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