Un joven espera pacientemente en un paso de peatones de un gran cruce. Se ve perfectamente que ningún coche se acerca, sin embargo no cruza, el semáforo para peatones está en rojo. Sin saberlo ese escrúpulo por cumplir las normas le cambiará la vida y hará que se tenga que casar con una mujer a la que no ama.
El semáforo estaba siendo manipulado por la Stasi (servicio secreto de la RDA, la Alemania comunista) que busca precisamente jóvenes capaces de cumplir las órdenes más tiranas sin hacer preguntas. Esta es la increíble historia real que cuenta Una comedia de la Stasi, que esta semana estrena Movistar Plus+. El joven ha sido reclutado por la Stasi porque buscan nuevos agentes que infiltrar en los ambientes juveniles simpatizantes de Occidente.
Tras la escena del semáforo, viajamos a 2022. Ludger, un reconocido escritor, llega a casa con su expediente de la Stasi bajo el brazo. En la Alemania comunista todo hijo de vecino era espiado. En casa se encuentra a toda su familia para leer ese particular "álbum familiar en el que las fotos las han hecho otros". Efectivamente, está el plano de su casa, fotos hasta de su mascota o su primer encuentro sexual e incluso detalles más íntimos como una carta de una chica sobre cómo echa de menos su cuerpo. El problema es que esa carta no la escribió su mujer.
De esta forma volvemos a la década de 1970, cuando fue reclutado por la Stasi, algo que su familia desconoce en 2022. Una vez infiltrado en grupos pro-occidentales, Ludger quedará atrapado por vida bohemia, la libertad y la desinhibición haciendo incluso que se acabe olvidando de su cometido. Pero tranquilos, ahí está la Stasi para recordárselo.
Una comedia de la Stasi como su título indica está contada en tono de comedia, muy lejos de la forma de la magistral La vida de los otros de Florian Henckel von Donnersmarck. No obstante, muchas veces a través de la comedia se consigue transmitir el mensaje. Véase como ejemplo La vida de Brian cuyas escenas sirven para, 43 años después, entender muchas de las cosas que vivimos hoy día.
A través de situaciones absurdas y enredos queda muy patente los métodos del servicio secreto comunista en la Alemana del este, desde las colas ante la escasez de productos de primera necesidad a las paranoias conspiranóicas de los dirigentes comunistas que ven "contrarrevoluciones" y "gusanos opositores" por todos sitios. Por supuesto se mencionan los fusilamientos. El general de la Stasi pregunta cada mañana a la secretaria del Ministro de Seguridad del Estado si ya ha matado a alguien antes del desayuno.
Especialmente cómicas, y reveladoras, son escenas en las que el joven Ludger comparte protagonismo con otros tres agentes de la Stasi. En una de ellas van en un coche mientras el copiloto hojea un mapa que parece occidental. Ludger le pregunta y el agente le aclara que son más precisos que los comunistas. "¿Y por qué los nuestros son imprecisos?" "Pues para confundir al enemigo". "¿Y por qué confundir a los nuestros si los enemigos tienen el mapa exacto". La escena se salda con un "¿de verdad te crees que nuestros dirigentes son tan estúpidos?, te vas a llevar una hostia". Nada como poner la realidad ante un espejo.
Una comedia de la Stasi es una divertida comedia con un final no tan potente como prometía, pero en definitiva parece que de una forma u otra "todo se trata de una victoria tardía de la Stasi".
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