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Juan Manuel González

Crítica: 'To Leslie', con Andrea Riseborough y Marc Maron

To Leslie es un drama sobre el alcoholismo de una madre que ha provocado polémica en los Oscar por la nominación de Andrea Riseborough.

To Leslie es un drama sobre el alcoholismo de una madre que ha provocado polémica en los Oscar por la nominación de Andrea Riseborough.
To Leslie. | A Contracorriente

To Leslie, película que podría reportar a Andrea Riseborough un Oscar a la Mejor Actriz, es una de esas películas que orbitan alrededor de su personaje y actriz principal. Retrato del alcoholismo de una madre desahuciada tras ganar un premio en la Lotería, todas las virtudes y limitaciones de la película de Michael Morris emanan de ahí: la película recorre todos y cada uno de los tics visuales, auditivos y narrativos de ese indie a pie de calle que busca retratar las verdades más míseras de la América Profunda.

Que Riseborough pueda hacerse con el premio es, por cierto, otra cuestión: la película ha sobrellevado la polémica de una nominación ilegal por haber incumplido las exigentes normas de la Academia de Hollywood.

Es por ello paradójico que lo mejor de To Leslie llegue cuando se aleja del tremendismo inicial y entra en escena su actor secundario y también productor, el habitualmente formidable Marc Maron, para cambiar los designios de una película que solo en esos momentos empieza a resultar interesante. Solo cuando Leslie logra alejarse, desprenderse siquiera simbólicamente de esa familia y ese hogar que ella misma ha destruido, comienza a asomar algo de luz y matices a la historia marginal dibujada por Morris. Y solo cuando To Leslie, la película, comienza a ablandarse siguiendo los designios del típico drama romántico, sus tribulaciones empiezan a interesar.

En el fondo, To Leslie es una película más o menos honesta como alguno que podría haber protagonizado Sandra Bullock (de hecho, lo hizo: 28 días) o Julia Roberts para un gran estudio comercial, solo que convenientemente adaptado a las "marcas" de estilo del cine independiente americano para quien quiera comprarlas. Afortunadamente, la película carece de discursos más allá de su (nunca consciente) convencionalismo dramático, y la química entre Maron y Riseborough -su interpretación es, en verdad, destacable-, dos personales marginales en busca de algo de amor, funciona de maravilla.

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