Uno de los juegos más vendidos de la historia es Tetris. Varias generaciones se han enganchado a esas piezas geométricas de cuatro partes de diferente forma que hay que encajar para conseguir hacer líneas que desaparezcan. El juego nació en 1988 en el seno de la URSS, en Moscú, de la cabeza del programador informático Alexey Pajitnov que adaptó un puzle de madera (pentominós) configurándolo de una forma muy rudimentaria en un primer momento.
Sin embargo, el juego fue descargado en disquetes y corrió como la pólvora entre los funcionarios de la Unión Soviética, tanto que los agentes del KGB llegaron a acusar a Pajitnov de haber estado a punto de acabar con la URSS con el desmoronamiento del Estado, como si de eso ya no se fuera a encargar, y se estuviera encargando en 1988, el propio comunismo.
Pero un juego así tendría que venderse en todo el mundo y entretener a millones de personas. El problema es que había nacido dentro del país más inútil para eso. Apple TV+ estrena Tetris, una película que cuenta casi a modo de thriller cómo un emprendedor holandés criado en EEUU pero afincado en Japón consiguió sacar el juego más allá del telón de acero.
La historia comienza cuando Henk Rogers (Taron Egerton) descubre el juego en una feria de la industria de los videojuegos en Las Vegas. Desde el momento en el que la primera línea desaparece queda completamente enganchado y comprende que puede hacerse millonario. Pero hay un problema, ¿quién tiene la licencia?
Un avispado vendedor llamado Robert Stein decía tener los derechos para ordenador, consola y arcade. Rogers no es el único interesado, detrás de las licencias también estaba Robert Maxwell, magnate de los medios británicos con el Daily Mirror como uno de sus principales cabeceras. En juego además estaba la joya de la corona, o que prometía serlo, los derechos de "portátiles", estaba a punto de nacer la Game Boy.
La miseria y represión de la URSS
Tetris muestra de forma muy esclarecedora cómo era la vida en el paraíso del proletariado, miseria y represión. Cartillas de racionamiento, ausencia total de libertades, arbitrariedad de las autoridades – muy especialmente las del Partido Comunista – y la represión que llevan a cabo sobre los ciudadanos. De hecho, en la lucha por los derechos a nivel mundial de Tetris que generarían tantísimos beneficios sólo había una cosa clara, Alexey Pajitnov no vería ni un rublo, todo sería para el gran estado comunista.
La película Tetris tiene detrás al productor Matthew Vaughn y al director Jon S. Baird. Película recomendable que pese a ser un biopic se convierte en un trepidante thriller político con espías del KGB incluídos en plena Guerra Fría.
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