La Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, la encargada de nominar y entregar anualmente los Premios Oscar, ha modificado su normativa para primar la diversidad y la inclusión por encima de la calidad en los proyectos. A partir de la próxima edición, las cintas que quieran aspirar a este galardón deberán incluir a grupos étnicos y minorías con baja representación, ya sea en la parte técnica o en la artística.
Estos nuevos estándares de diversidad de la Academia de Hollywood quieren acabar con la primacía del hombre blanco. Los largometrajes que quieran optar a Mejor película deberán incluir en cuanto a representación en pantalla y narrativa uno de los siguientes tres criterios: que uno de sus protagonistas sea de una minoría racial (afroamericanos, latinos, asiáticos, indios americanos, árabes o isleños del Pacífico); que el 30% del reparto secundario sea de colectivos poco representados (incluye mujeres, minorías, personas LGBTQ o discapacitados) o que el argumento se centre en la historia de alguno de esos grupos.
Muchos se preguntar si, a partir de ahora, deberán preguntar a los actores protagonistas por su tendencia sexual antes de contratarles, algo del todo inapropiado además de ilegal.
Por supuesto, ya hay profesionales del sector que han alzado la voz contra esta tendencia. Richard Dreyfuss, ganador de un Oscar en 1977 por su interpretación en La chica del adiós, dijo en el programa Firing Line With Margaret que los cambios le dan "ganas de vomitar". "Esto es arte. También una forma de comercio y genera beneficios, pero es arte. Nadie debería decirme como artista que tengo que ceder a la última y más actual idea de lo que es la moralidad", indicó Dreyfuss. "Lo siento, pero no creo que tengamos que proteger así a una minoría en el país", concluyó.