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El peculiar Wes Anderson rodó en Chinchón de forma casi totalmente su última película, Asteroid City, sobre un pueblo puesto en cuarentena por un alienígena.

Crítica 'Asteroid City', lo último del peculiar Wes Anderson

El peculiar Wes Anderson rodó en Chinchón de forma casi totalmente su última película, Asteroid City, sobre un pueblo puesto en cuarentena por un alienígena.

Si hay un director de cine peculiar es Wes Anderson. Sólo hace falta revisar algunos de sus títulos como Academia Rushmore, Moonrise Kingdom o El gran Hotel Budapest. Su puesta en escena, su fotografía, su vestuario, sus guiones... un cine totalmente diferente que es amado o detestado. Como es habitual en sus películas, su último trabajo titulado Asteroid City está plagado de estrellas entre las que destacan habituales de su cine o algunas nuevas incorporaciones. Jason Schwartzman, Scarlett Johansson, Tom Hanks, Jeffrey Wright, Tilda Swinton, Bryan Cranston, Edward Norton, Adrien Brody...

Asteroid City tuvo su presentación mundial en el pasado Festival de cine de Cannes de donde salió con muy buenas críticas. La trama nos transporta a una población desértica ficticia del Estados Unidos del año 1955. Allí tendrá lugar una convención de aspirantes a astrónomos y cadetes espaciales (organizada para reunir a estudiantes y padres de todo el país con el objetivo de compartir su pasión y poner a prueba sus conocimientos). La mayor y más famosa atracción del pueblo es un cráter gigantesco y el observatorio astronómico.

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Wes Anderson en el decorado de la película.

El evento se interrumpido por una serie de acontecimientos que cambiarán el mundo, concretamente la aparición de un alienígena que pondrá el pueblo en cuarentena. Por cierto, el pueblo donde está realmente rodada la película es Chinchón. Tras barajar diferentes localizaciones como el Valle de la Muerte en el desierto de Mojave (California) Wes Anderson se decantó por los alrededores de Chinchón al considerarlo un paisaje ideal con vistas limpias de cientos de metros en cualquier dirección, una luz natural perfecta y el espacio suficiente para construir lo que acabaría siendo un mundo totalmente inmersivo.

Para colmo, desde el pueblo se divisan nubes en forma de hongo procedentes de unos ensayos nucleares. Como es habitual en el cine de Wes Anderson, detrás de escenas hilarantes nos encontramos reflexiones sobre el amor, la soledad, el dolor y la esperanza e incluso sobre el significado de la vida y de la muerte.

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