Los problemas de integración de los inmigrantes argelinos o magrebíes, o más bien muchas veces las segundas y terceras generaciones, en países como Francia o Bélgica han sido abordados muchas veces en el cine. En este caso es una historia basada en hechos reales y que tiene al ejército francés como protagonista.
Una cuestión de honor comienza con un grupo de soldados en la academia militar de Saint-Cyr haciendo unos ejercicios un tanto extremos en plena noche y en el lago. Se trata de una novatada y algo sale mal, trágicamente mal, ya que un joven de 23 años muere ahogado. Se trataba del hermano menor del director Rachid Hami que ha decidido rendirle su particular homenaje en Una cuestión de honor, película que presentó en la Mostra de Venecia y pasó también por el Festival de Cine Europeo de Sevilla.

Tras el suceso la familia tendrá una primera reunión con los mandos militares de la academia y en pleno shock hablan de un funeral en Los Inválidos de París y un entierro en el cementerio militar. El problema es que en el siguiente encuentro, con el reglamento en la mano, los mandos militares le dicen a la familia que no podrá ser ni en Los Inválidos ni en el cementerio militar, reservados ambos para los militares caídos en misiones en el extranjero. Veremos la lucha de esta familia por que a su ser querido se le despida con los honores debidos, ya que si bien es cierto que no murió en una misión en el extranjero, lo hizo por una serie de irresponsabilidades.
Esta lucha de la familia con los mandos militares franceses el director la intercala de forma inteligente con la historia de su propia familia, y no penséis que está en absoluto edulcorada. Empezamos en Argelia donde su madre tiene dos hijos y está embarazada del tercero y huye a Francia debido a la tiranía de su padre y los nulos derechos de las mujeres en el país.

Daremos un salto para verlos más cercanos a la actualidad y el hilo conductor será el hermano mayor, el álter ego del director, un chico problemático, que siempre está metido en líos e incluso en la delincuencia. Su hermano menor, vemos que es una alumno brillante, y que tras graduarse en Ciencias Políticas quiere ingresar en el ejército francés, pese a no ser francés de nacimiento siente un gran apego a la patria.
Huyendo de los elementos del cine de autor, que muchas veces cae en la caricatura al retratar los suburbios franceses en los que viven los inmigrantes, tanto para bien como para mal, Una cuestión de honor trata de personas, y con pequeñas pinceladas el director es capaz de dibujarnos un marco mucho más amplío de la Francia actual, de la identidad, en este caso, de dos jóvenes argelinos que llegaron a Europa con motivaciones diferentes y que claramente cogieron también caminos diferentes.
Una cuestión de honor ya está en las salas de cine de toda España.