Un marido maravilloso y buen hombre, dos hijas perfectas, una clínica dental exitosa y una vida acomodada, ¿de qué se puede quejar Iris? Pues de que no se siente deseada, ya no recuerda cuándo fue la última vez que hizo el amor con su pareja. Siguiendo el consejo de una madre del colegio de sus hijas se instala una aplicación en el móvil para ligar y descubre así todo un torbellino de emociones.
Así arranca Iris, comedia francesa que se estrena este fin de semana en los cines españoles. Iris comienza a tener una colección de citas que le devuelven la autoestima al volver a sentirse deseada. Su vida en pareja parece incluso mejorar. Pero todo cambio termina salpicando a lo que le rodea. De esa forma, Iris también empezará a vivir situaciones que no había previsto y que pueden poner en peligro su vida familiar tal y como la conocía hasta el momento. La pregunta es si realmente quiere que todo siga como estaba antes.
Si bien el personaje de Iris puede parecer poco realista, la interpretación de la maravillosa Laure Calamy hace que, no sólo nos la creamos, sino que la terminemos comprendiendo. La actriz francesa cuenta con un vis cómica que ha demostrado una y otra vez, como en la anterior película de la directora de Iris, Caroline Vignal, con la que también trabajó en Vacaciones contigo... y tu mujer en la que la cineasta ya abordaba el tema de la infidelidad desde un punto de vista cómico.
Lo mejor de Iris no es su guión ácido e ingenioso, que también, sino la ausencia de moralina o intento de dar lecciones feministas al espectador. Plantea un conflicto y en el intento de resolverlo por parte de la protagonista, o ahondar en el mismo, surge la comedia. Vignal incluso se atreve con un número musical con la canción It’s Raining Men para remarcar un punto de inflexión de la protagonista. En definitiva, Iris es una apuesta fresca para ver en las salas de cine y no otro producto bobalicón francés como suele abundar en la cartelera cinematográfica.