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El gobierno socialista de Milosevic intenta amañar las elecciones que han perdido y provoca una reacción sin precedentes en Serbia.

'La patria perdida', consecuencias del intento de amaño de las elecciones en Serbia

El gobierno socialista de Milosevic intenta amañar las elecciones que han perdido y provoca una reacción sin precedentes en Serbia.

El gobierno socialista pierde las elecciones y no acepta los resultados. Reacciona anulando masivamente votos lo que provoca que cientos de miles de personas salgan a la calle a protestar. El gobierno socialista infiltra entre los manifestantes a individuos para que causen disturbios y la policía tenga así una excusa para aplastar las protestas.

Pareciera que estoy haciendo una crónica de nuestros días pero lo cierto es que me he remontado casi tres décadas hasta la Serbia de 1996. Es lo que cuenta La patria perdida, película que llega este fin de semana a los cines de toda España.

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Nos vamos a centrar en un joven, Stefan, un estudiante brillante, buen hijo, deportista y con buenos amigos. Él se va a ver envuelto de forma indirecta en todos los acontecimientos que vive su país ya que su madre es la portavoz del gobierno de Milosevic. En aquellas elecciones de 1996 los socialistas perdieron en las urnas buena parte de las ciudades importantes, entre ellas Belgrado. Y pese a que la Serbia de entonces era un país narcotizado por la propaganda en el que aún resonaban los ecos de la guerra de Yugoslavia, la gente se echó a la calle.

Stefan vivirá la encrucijada de vivir en casa con una madre, sus padres están divorciados, alineada con un régimen decadente. Por otro lado está muy apegado a su abuelo que anhela la ya desaparecida Yugoslavia, de ahí el título de La patria perdida, son personajes que anhelan un país que ya no existe. La pregunta es ¿en qué patria quiere vivir Stefan? En la de su familia o en la de todo su entorno.

El director, Vladimir Perisic, sabe mezclar muy bien los géneros: en cierto sentido La patria perdida es un "coming-of-age", el decir, el paso de la adolescencia a la edad adulta, pero salpimentada con cine político e incluso melodrama en la relación de Stefan con su madre.

Impresionante el trabajo de la actriz serbia Jasna Đuričić, que veíamos hace no mucho en Quo Vadis, Aída? sobre la guerra en Bosnia. Pasa de la la frialdad absoluta que necesita el personaje cuando habla de su trabajo como portavoz del gobierno de Milosevic a la calidez cuando está con su hijo.

La patria perdida fue premiada en la Semana de la Crítica del Festival de Cannes y os Premios Lumiere. Además ha pasado con muy buenas críticas por festivales como la Mostra de Valencia, el de Sarajevo, el de São Paulo, de Chicago y de Atenas..

Es una buena película que cuece a fuego lento pero constante todo lo que el protagonista está viviendo, todas las decisiones que tiene que tomar. Un película que denota dolor en su fondo y es que tiene mucho de autobiográfico por parte del director.

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