La comedia de juergas escolares debe ser uno de los géneros más sobados y aptos para el precocinado, con unos referentes tan definidos y repasados que su repetición solo lleva al simulacro. Inexpertos, la nueva película de Netflix, lo es indisimuladamente. Pero hay algunos rasgos de buena y genuina comedia en esta crónica de la primera juerga de instituto de un trío de amigos (y su profesor de física) cuyo devenir toma caminos separados a lo largo de una larga y única noche y que podríamos emparentar con Desmadre a la americana y Resacón en Las Vegas.
Dirigida por los hermanos Chernin y producido por Nicholas Stoller, a quien siempre merece la pena seguir la pista tras Paso de ti, la película ata bastante bien un par de sus peripecias, como la de la pareja que toma prestado el Tesla (¿referencia a Todo en un día o Papá Cadillac?) y clava sus gags más vulgares, que aparecen en el momento oportuno y sí, envuelven todo tipo de excrementos. Los actores juveniles tienen cierto encanto, sin llegar al nivel de los últimos iconos del género como Supersalidos, y los Chernin narran la odisea de alcohol e intentonas de sexo sin moralismo ni afán ni afán de crear escándalo. A estas alturas y estando como está la comedia USA, cualquier intento de desdramatizar disfuncionalidades es bienvenida.
El resultado es una película blanca y blanda, pero que tiene la dignidad de no forzar un final feliz y descargar la lujuria adolescente masculina de la toxicidad que ha llevado a enterrar el género durante los últimos años. Hay ingenuidad y falta de pretensiones que juegan a favor de la película, que cuenta además con un excelente Bobby Cannavale como el profesor en crisis "infiltrado" en la fiesta.
Una pena que el filme no remate esta subtrama que, no obstante, ayuda a Inexpertos a abarcar un espectro de crisis de mediana juventud y mediana edad masculino bastante completo y certero. Cannavale clava el personaje y la película también se desenvuelve en momentos de erótico romanticismo (ese pecho en la primera conversación) mientras devuelve una cierta cantidad de fe en los clichés clásicos del género.
Nada de esto, sin embargo, convierte Inexpertos en una buena película ni en una gran muestra del género. No hay nada en ella que vayamos a recordar la semana que viene, cuando Netflix estrene su próximo título. Sí que hace de la comedia un entretenimiento pasable, inofensivo y sí, grueso, porque grueso es grueso y lo grueso existe. Porque no hay nada como una broma sobre excrementos en el momento preciso, y eso es una verdad como un templo.