Una adolescente cae por la ventana cuando está intentando escapar de casa para ir a un concierto con su novio. Debido a la caída entra en coma y despierta más de 20 años después, pasando de la década de los 90 a pleno siglo XXI, en 2024. Está es la premia de la última película de María Ripoll (No le culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas, Ahora o nunca...) que vuelve a contar con Verónica Echegui como su gran protagonista.
En la primera parte de Yo no soy esa vemos que Susana (Verónica Echegui) es popular en el instituto y triunfa en el amor. Tiene una amiga a la que parece que sólo ella ve, es invisible para el resto del mundo. Cuando Susana despierta del coma descubre que aquella amiga invisible es la única que ha estado a su lado durante estos años.
Yo no soy esa es una comedia divertida y que no tiene mayor pretensión que entretener al espectador. Susana tendrá ahora que aprender en este nuevo mundo: móviles, redes sociales, pantallas táctiles... todo es nuevo para ella. Incluso "las nuevas masculinidades" y las relaciones sociales y sexuales.
María Ripoll acierta al volver a contar con Verónica Echegui, actriz capaz de afrontar papeles tanto dramáticos como cómicos. Y especialmente sabe rodearse de actores secundarios solventes, desde Daniel Grao a Adam Jezierski. Mención aparte merecen Olivia Molina y Ángela Molina, hija y madre interpretan el mismo papel, el de madre de Susana, en el pasado y el presente. Buena película para salir del cine con una sonrisa en un momento en el que las noticias nos tienen abrumados.