En Apocalipsis Z: El principio del fin, una extraña enfermedad similar a la rabia empieza a extenderse sin freno por todo el planeta, transformando a la gente en criaturas extremadamente agresivas. Pero Manel (Francisco Ortiz) lleva tiempo viviendo su propio apocalipsis; aún no ha superado la pérdida de su mujer en un accidente, y lleva un año deprimido y aislado de su familia, con Lúculo, su gato, como única compañía. Cuando la enfermedad cobra aún más fuerza, su hermana insiste en que deje Vigo y se reúna con ella en Canarias, pero el plan fracasa. Manel tiene que parapetarse en su casa, recurriendo a su ingenio y habilidades para sobrevivir. Sin embargo, él y Lúculo pronto se ven empujados a salir, y se irán encontrando, por tierra y por mar, con compañeros de viaje improbables pero esenciales. Apocalipsis Z: El principio del fin es la historia de un duelo, de un viaje de supervivencia, tanto físico como emocional, con acción, tensión, infectados rabiosos, un poco de sangre… y un malhumorado gato.