Todos sabíamos lo que aquí estaba pasando. Esta demoledora frase la dice un trabajador social de uno de los centros en las que menores de no más de 15 años estaban siendo prostituidas en Baleares. La preocupación de la directora del centro es que nadie hablara con la prensa.
Juana Macías estrena este fin de semana Las Chicas de la estación, película basada en las historias reales de aquellas jóvenes que estaban en manos de la administración para ser protegidas, ya que venían de familias desestructuradas, y terminaron viviendo un infierno.
La película sigue a Jara, Álex y Miranda son tres chicas que han crecido en un centro de menores sin saber qué es el amor sin condiciones. Una no conoció a sus padres, otra éstos no se quieren ocupar y la tercera es hija de una joven que se quedó embarazada demasiado pronto sin ningún tipo de recurso. Con motivo del cumpleaños de una de ellas, están empeñadas en ir a celebrarlo al concierto de su trap queen preferida.
Al no tener dinero ni muchas formas de conseguirlo, encuentra la manera a través de una joven que también estuvo en el centro: teniendo encuentros sexuales con adultos en los baños de una estación. Y nadie el centro quiso sospechar o indagar, o hacer simplemente su trabajo, para averiguar de dónde sacaban estas jóvenes el dinero para llevar zapatillas de marca. Una violación será la que destape todo este truculento caso.
Juana Macías consigue estremecer al espectador sin necesidad de caer en el morbo o en escenas explícitas. La cámara sigue en todo momento a las tres jóvenes convirtiendo al espectador en un consumir casi de un programa de telerrealidad. La directora ha querido contar con jóvenes que no tuvieran experiencia como actrices, y ha sido todo un acierto, ya que consigue aún más verosimilitud.
Lo único reprochable a la directora es que no haya querido indagar en la repercusión política del caso. Recordemos que la actual presidenta del Congreso de los Diputados, Francina Armengol, era la presidenta de Baleares cuando estalló este caso.