
Uno de los grandes títulos del estudio Walt Disney para esta temporada era Blancanieves, versión en imagen real del original animado de 1937, sin duda uno de los films más emblemáticos de la factoría. Y decimos en pasado, era, ya que el propio estudio parece haber pisado el freno de manera significativa en la promoción del carísimo largometraje que se estrenará en cines españoles el 21 de marzo.
El estudio ha decidido excluir del estreno en Los Angeles, la gran presentación de la película, a gran parte de los periodistas que no forman parte del photocall. Una decisión fuera de lo habitual que ha motivado que medios como Variety escriban piezas completas al respecto y que ha contribuido a aumentar la desconfianza hacia el largometraje que dirige Marc Webb (The amazing Spider-Man). La reducción radical de la tradicional alfombra roja que, esta vez, no contaría con los usuales medios de comunicación al margen de fotógrafos, forma parte de una serie de pasos atrás en plena promoción de un film presupuestado en 270 millones de dólares -sin contar la propia promoción- a escasos días del estreno.
Los problemas han rodeado al "live action" de Blancanieves casi desde el principio de su producción. Ya en 2022 el actor Peter Dinklage, de Juego de Tronos, criticó el escaso progresismo de fabricar un largometraje en imágenes real protagonizado una latina en el papel de Blancanieves pero a la vez rodeada por actores con acondroplasia. "Eres progresista en un sentido, ¿pero sigues haciendo esa puta historia retrógrada de siete enanos viviendo juntos en una cueva? ¿Qué mierda estás haciendo, amigo? ¿No he hecho nada para avanzar?", dijo Dinklage, afectado de esta misma condición, en el podcast de Marc Maron.
No todos son de la misma opinión. Desde el departamento de prensa de Walt Disney, en años previos a la recogida de cable del directivo Bob Iger sobre los contenidos "woke" del estudio, se prometio que el film realizaría un "enfoque diferente" para así evitar la discriminación por sexo, raza o cualquier otra condición. Un lavado de cara, en definitiva, para evitar críticas sobre el posible conservadurismo del film.
Pero las polémicas continuaron. La primera en torno a la decisión del estudio de utilizar finalmente creaciones digitales para "vestir" la interpretación de los actores que interpretarían a los enanos, borrando por tanto y en gran parte su presencia ante el público. Una estetica que, aparte de cuestiones morales, fue ampliamente criticada por su inquietante similitud con los enanitos del mítico film original, pero con una textura más cercana a la realidad que al dibujo animado.
Latinos, israelis, patriarcado
Pero las principales polémicas no se refieren al puro aspecto del film, a su posible buen o mal gusto visual, sino a sus dos protagonistas, Rachel Zegler y Gal Gadot, que interpretan a la heroína y a la malvada Reina que ansía la belleza de Blancanieves, respectivamente. Muchos espectadores maliciosos han comentado en redes sociales por qué la "Wonder Woman" de las películas DC querría parecerse a Zegler, una actriz de belleza más discreta a la exuberante modelo israelí.
Otros, más maliciosos todavía, se limitaban a preguntarse por qué Blancanieves era ahora latina, con un tono de piel notablemente más oscuro que el de un dibujo animado que ya anunciaba su blancura desde el nombre. Cosa de raza, en definitiva.

Zegler no lo puso fácil asegurando en la convención D23 de 2022 que su Blancanieves "no la salvaría el Príncipe. No va a luchar por el amor verdadero. Ella sueña con convertirse en la líder que sabe que puede ser". Unas declaraciones que no se referían a la blancura o no de Blancanieves, pero sí a la inserción del mito de en tiempos del patriarcado, el feminismo moderno y otras cuestiones.
La protagonista de West Side Story más tarde complicaría todavía más la cuestión promocional con un vídeo posteriormente eliminado de sus redes sociales en el que arremetía con dureza contra los votantes de Donald Trump, apoyos varios a la causa Palestina y otros enjuagues difíciles de encajar en la promoción de una superproducción familiar. La actriz tuvo que pedir perdón dos días después, recuerda Variety.
Gal Gadot tampoco se queda sin su ración de polémica, precisamente por su apoyo abierto a Israel en redes sociales tras los brutales ataques de los terroristas de Hamas. Un posicionamiento que contradijo durante meses al de Zegler y que en cierta medida ofreció un espectáculo político que distrajo en gran medida de la justificación puramente cinematográfica de la latina Blancanieves.
Ambas protagonistas, en definitiva, apoyaban causas distintas en la vida real al igual que en la ficción, en medio del nada discreto goteo de fallecimientos diarios del enfrentamiento que llevo a Gadot, israelí para más señas, a significarse a favor de su país en medio del conflicto.
Disney, temerosa de los nuevos tiempos, o quizá precavida ante las malas críticas, parece haber frenado la promoción de uno de sus films estrella justo antes del estreno. ¿Estrategia de marketing o miedo ante una patata caliente? Recordemos, en todo caso, que Mufasa, la precuela de El Rey León afectada también de ciertas reflexiones en torno a estereotipos raciales, empezó floja en la taquilla para al final acabar sumando más de 700 millones y figurando en la lista de 10 películas más vistas del año pasado. Porque el ratón Mickey sabe de muchas cosas, entre otras de vender entradas.