La Residencia riza el rizo de los misterios con asesinato. La miniserie de Netflix, de la que puedes ver la crítica en vídeo más arriba, se las arregla para triunfar entre los muchos derivados de Puñales por la espalda o Solo asesinatos en el edificio, y lo hace gracias un estupendo trabajo de actores, guion y sobre todo, montaje.
El humor que se desprende de La Residencia viene de recursos totalmente distintos a sus referencias, y eso acaba siendo la gran virtud de la nueva serie producida por Shonda Rhymes para Netflix. Ocho capítulos en los que, de paso, se rinde un sentido homenaje al personal de la Casa Blanca (todos ellos, por cierto, sospechosos del crimen).
Los americanos, en definitiva, parecen haber hecho una serie inglesa. El enrevesado misterio de La Residencia, su difícil trabajo de edición, crean una serie agotadora. Pero el resultado también genera admiración, por lo complejo. La historia se complica tanto que es imposible no preguntarse cómo los propios guionistas han podido no tropezarse con contrariedades.
Cordelia Cupp es una detective divertida y confiada, astuta observadora del comportamiento humano y amante de las aves. Con la ayuda de su fiel pero escéptico compañero, el agente especial del FBI Edwin Park, tratará de averiguar quién ha sido el responsable de un asesinato que tiene lugar ni más ni menos que en la Casa Blanca.
Pero todo esto te lo contamos mejor en la crítica en vídeo de Juanma González que puedes ver más arriba dando clic al play.